El mal contenido en el bien (II)

En una entrada anterior habíamos visto como el mal está contenido en el bien en la Cábala. R. Moises de Burgos decia: «Existe un lado izquierdo que se corresponde con el derecho, su objetivo es perfeccionar el lado derecho, castigando y escarmentando con los «reprimiendas de amor» a aquellos que caminan en el sendero malo y asi purificarlos» (Scholem, «R.Moshe» 209).  La pregunta que los cabalistas trataban de responder era: ¿desde cuándo emergió el demonio, o el lado izquierdo de Dios? Por supuesto, y siempre hablando de las distintas emanaciones de Dios, los cabalitas van a diferir sobre el momento de la emanación del lado izquierdo. En cuanto a la ocurrencia de esta emanacion no hay dudas. Para algunos el lado izquierdo, casi de manera independiente, emergió ya sea del tercer sefirot, esto es la Binah o entendimiento; para otros,del quinto sefirot, esto es la Gevurah o fuerza; mientras que para otros, del Din o Juicio (Scholem, «Kabbalah or R.Jacob, 193-194). En cada uno de estos casos, los cabalistas estaban de acuerdo en una cosa: las emanaciones de la izquierda tienen su origen y se sostiene por el lado izquierdo de la divinidad. En otras palabras, lo demoniaco tiene su raíz en Dios. Insistimos, no se trata de un dualismo absoluto, con dos divinidades, una mala y otra buena, contrapuestas. Tal como Scholem lo ha señalado, este dualismo ético no es absoluto, de tal forma, que siendo parte del judaísmo normativo, su tendencia dualista es moderada (Scholem, «Kabbalah or R.Jacob, 193-194). Ahora bien, si el origen y expresión de la maldad se encuentra en Dios, ¿quiere decir esto que la divinidad se encuentra necesitada de redención? ¿Cuándo la maldad será definitivamente vencida? Para responder a estas preguntas veamos cómo interpretaban los sabios de la Zohar el viaje de Israel a Egipto. El descenso de Israel hacia Egipto y la consecuente liberación a través del éxodo se leía en términos gnósticos.  De allí que cuando Abraham desciende a Egipto (Gn. 12,10) lo hace a los níveles más bajos de la sabiduria de este mundo material. Abraham sabía esto y no se dejó atrapar por ella (Zohar 1, 83a). En otras palabras cuando Abraham desciende a Egipto lo está haciendo hacia el demonio (Sitra Ahra) o el «otro sitio» (Ex 10,1). Esta interpretación ilumina, a su vez, una lectura esotérica del mandato que le hace Dios a Moisés: «Id hacia el Faraon» no es otra cosa sino el ruego que le hace la divinidad a Moisés para que este vaya a las profundidades de los secretros concernientes al lado demoniaco. Ya entrevemos que para los cabalistas la redención pasa por descender y conocer los secretos del mal. Y es que Dios, el Santo de Israel, debe hacerle la guerra al «gran cocodrilo» (Zohar 2,34a) y Moisés debe garantizar el conocimiento del misterio de la sabiduria del gran cocodrilo, una sabiduria accesible solo a aquellos que conocen los misterios de sus maestros (Zohar 2,34a). Teniendo en vista la redención, era necesario que Moisés conociese esos misterios relacionados con el «gran cocodrilo» porque Israel estaba sujeto a estos conocimientos, al jefe del poder del mal, encarnado en la persona del Faraón de Egipto. El proceso de la redención de acuerdo a la Zohar implica una doble caracterización del exilio: la primera, la sobrevivencia de lo santo o de la derecha, sobre lo no santo o izquierda (Zohar 1,12a-b; 3, 69a; 1, 84b-85a; 1,95b; 2,15b). La segunda, la separacion de lo masculino de lo femenino, de la derecha de la izquierda (Zohar 1,30a; 1, 70a). De esta forma, el autor de la Zohar interpreta Can 1,9: «»Yo te comparo, mi amor, como a una yegua de la caballería del Faraón». Venid y ved: Allí están los carros a la izquierda del misterio del otro Lado y los carros de la derecha en el misterio del Santo. Los primeros carros son paralelos a los segundos, los de misericordia y los del juicio. Y cuando el Santo, bendito sea, juzgue a Egipto, cada juicio será como aquellos carros de la izquierda a semejanza del mismo lugar. Tal como en aquel sitio se mata y se remueven las almas, así el Santo actuará de la misma manera, como está escrito, «Y el Señor mató a cada primogénito» (Exod.13:15)». Este atributo se encuentra entre los lados derechos e izquierdos de la divinidad, esto es, su capacidad de actuar con misericordia o con justicia. Cuando Dios mata a los primogénitos de los egipcios, su Presencia se dirige a los israelitas con misericordia, expresando así la doble naturaleza divina. Si Egipto es dominado por los demonios, la redención es la restauracion del poder al lugar apropiado, esto es, a las sefirot superior. En la primera etapa de esta restauracion el lado izquierdo divino subyuga al poder del demonio que ha emanado desde allí, teniendo como resultado la liberacion de la comunidad de Israel del dominio del Faraón. En una segunda etapa se comienza a desarrollar la unificación de las dimenciones del lado izquierdo y derecho de Dios. La exégesis cabalística para explicar esta segunda etapa no es fácil. Comienza analizando Ex 12,42 donde se nos dice que cuando Dios mató a los primogénitos egipcios, era «la noche de la vigilancia». La Zohar indica que «vigilancia» está en plural, mientras que la palabra «noche» en singular (Zohar 2,38b). La forma plural indicaría la secreta unificación de dos partes: la masculina con la femenina, la izquierda con la derecha que ocurre esa misma noche (en singular). Lo que esta aquí es una ascepción a la futura redención donde «el atributo de su Corte (la justicia) ascenderá para unirse con la misericordia. Diciendo lo mismo con otras palabras, la perfección más alta se encuentra cuando el «día» (potencia masculina de la divinidad) y la noche (potencia femenina) se unen. Es por eso que el Gn habla después de la creación de cada cosa que «y esta era la tarde y la mañana» de tal o cual día. Y es que no hay día sin noche y noche sin día. Tal es la unión que no deberían estar separados (Zohar 1,17a; 1,253a). La derecha de Dios se define como «gloriosa en poder» y que «destroza a sus enemigos», y es que la derecha contiene en si misma la izquierda. Cuando hay armonía en la sefirot, entonces la derecha contiene a la izquierda: «Con una mano El derriba y sana». La redención deviene cuando esta relación dialéctica se da en el contexto de la liberación del pueblo. En otras palabras, es en el exilio, que representa el domino de la izquierda, mientras que la redención es un equilibrio entre la misericordia (con los judios) y la justicia (con el mal o Faraón). El exilio es la condición de un juicio puro, mientras que la redención implica un equilibrio entre juicio y misericordia.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.