El Kerigma Paulino
El kerigma cristianos desde el punto paulino se resume en la buena noticia sobre la entronización de Jesús el rey que ha expiado por su pueblo. Esta buena noticia ya había sido predicha por Dios, como si un misterio se tratase, hace mucho tiempo. En otras palabras, la realización de esta buena noticia ya estaba predicha en las escrituras. [El evangelio] acerca de su Hijo, nacido por línea carnal del linaje de David, y constituido por el Espíritu Santo Hijo de Dios con poder a partir de la resurrección: Jesucristo, nuestro Señor. La buena noticia comienza cuando Jesús es enviado por su Padre y asume la naturaleza humana. Ya en esta etapa la relación adámica es evidente. Existe en el primer kerigma una importancia debida a la encarnación y a la pre-existencia. En el Himno de Flp 2,6-11se habla de Cristo como alguien de condición divina, pero que no hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo. En Jesus Monotheism el autor nos recuerda que la escuela joánica también enfatiza el aspecto pre-existente de Jesús. En general no hay evidencia que algún Padre de la Iglesia pusiera alguna objeción a la idea de que Cristo viniera desde el cielo, en otras palabras de su pre-existencia (p.67). Esta encarnación se refleja en los sinópticos a través del verbo «venir»: Mc 1,24; Lc 4,34; Mt 8,29// Mc 2,17; Mt 9,13//Lc 5,32; Mt 5,17; Lc 12,49; Mt 10,34; Luc 12,51; Mt 10,35; Mc 10,45; Mt 20,28; Lc 19,10. Más aún se en los sinópticos también se identifica a Jesús con la Sabiduría en Lc 10,21-24//Mt 11,25-27. O el hecho que Dios haya puesto todas las cosas sobre Jesús quien es el Señor de la tierra y el cielo (Lc 10, 21-22//Mt 11, 25-27) (Jesus Monotheism p. 80) La encarnación de Jesús plenifica las promesas de Dios a David: Y cuando hayas llegado al término de tu vida y descanses con tus antepasados, estableceré después de ti a un descendiente tuyo, nacido de tus entrañas, y consolidaré su reino. Él edificará un templo en mi honor y yo consolidaré su trono real para siempre. Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes, como lo hacen los hombres (2Sam 7,12-14). Además de las promesas de David, se esta realizando las promesas hechas por Dios a Abraham en el sentido que a través de uno de sus descendientes todas las naciones de la tierra serán bendecinas. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. En tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo (Gn 12,3). Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido (Gn 22,18). Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abrahán y a su descendencia: no dice descendientes en plural, sino en singular y a tu descendiente, que es Cristo (Gl 3,16).Es claro también que aquel que se ha encarnado es una persona diferente a Dios tal como se le llama en el N.T. (J.Monotheism 68). Esta encarnación es la primera evidencia de la temprana adoración a Cristo tal como lo afirman textos como Coll 1, 15-20,1; 1Tim 3,16; Jn 1, 1-18 y Heb 1-2. Por ejemplo en el prólogo de Jn no hay un interes sobre la muerte y resurrección de Jesús, sino más bien en su pre-existencia como ser divino. En la tierra la adoración de Cristo se basa en su pre-existencia y en las opciones vitales que adopta y que hará que lo glorifiquen despué de su muerte de carácter redentor (Jesus Monotheism 74). Esta redención se realiza a través de la muerte de Jesús en sustitución de nuestros pecados (Rm 3,25; 8,3; 2Cor 5,15; 1Jn 2,2). El poder que emanó de la cruz fue suficiente para eliminar el pecado, la Alianza de las maldiciones. Col 2, 13-15: Ustedes estaban muertos por sus pecados y la incircuncisión carnal; pero Cristo los hizo revivir con él, perdonándoles todos los pecados. Canceló el documento de nuestra deuda con sus cláusulas adversas a nosotros, y lo quitó de en medio clavándolo consigo en la cruz. Despojó a los principados y potestades y los humilló, haciéndolos desfilar públicamente como prisioneros en su marcha triunfal.
Un segundo elemento del kerigma paulino tiene que ver con el Hijo de Dios entronizado con poder luego de su resurrección. Así, leamos de nuevo en Rm 1, 3-4: [El evangelio]acerca de su Hijo, nacido por línea carnal del linaje de David, y constituido por el Espíritu Santo Hijo de Dios con poder a partir de la resurrección: Jesucristo, nuestro Señor. Si antes Jesús era el Hijo de Dios ahora él es el Hijo de Dios en poder que de manera activa pone a todos sus enemigos bajos sus pies: Porque él tiene que reinar hasta poner a todos sus enemigos bajo sus pies (1Cor 15, 25). Si bien, durante su ministerio público Jesús había sido reconocido como el mesías real de la linea de David, su reinado comienza a partir de su resurrección y ascensión cuano se sienta a la derecha de su Padre.Por medio de él recibimos la gracia del apostolado, para que todos los pueblos respondan con la obediencia de la fidelidad para gloria de su nombre (Rm 1,5); y revelado hoy y, por disposición del Dios eterno, manifestado a todos los paganos por medio de escritos proféticos para que abracen la fe,(Rm 16,26). Desde ahora Jesús será reconocido como el Señor. Además va a servir a los cielos como el Sumo Sacerdote que ha ofrecido su propia sangre por redención de nuestros pecados (Heb 8,1-2; 9,11-12). Toda la creación, tal como lo indica el Ap, está llamada a adorar a Cristo a partir de su resurrección y exaltación, aunque la base siempre se encuentra en la pre-existencia de su identidad divina. Si Pablo adora a Cristo es también porque éste es el hijo nacido po linea carnal del linaje de David. En otras palabras, Jesús es alabado por su condición divina y por la encarnación que se se expresó en las desiciones que tomó durante su vida: obediencia hasta la muerte, tomar la forma de un esclavo, haberse vaciado a sí mismo…todo reflejando la kenosis desde una condición divina previa. Una vida que no conoció el pecado (2Cor 5, 19.21; (Heb 4, 15; 1Pe2,22). De nuevo, la contraposición adámica es clarísima (Jesus Monotheism 84).
El tercer momento, Jesús inicialmente había pre-existido como Hijo de Dios, en un estado exaltado. Luego se descendió, encarnándose y asumiendo la muerte en cruz, lo más bajo que se puede llegar, para desde allí asacender desde la muerte y ser instalado en las esferas celestiales como Hijo de Dios en Poder.
quien, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de ser igual a Dios;
sino que se vació de sí
y tomó la condición de esclavo,
haciéndose semejante a los hombres.
Y mostrándose en figura humana se humilló,
se hizo obediente hasta la muerte,
y una muerte en cruz.
Por eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre,
para que, ante el nombre de Jesús,
toda rodilla se doble,
en el cielo, la tierra y el abismo;
y toda lengua confiese:
¡Jesucristo es Señor!, para gloria de Dios Padre (Flp 2, 6-11). Ver también Gl 4, 4-5: Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que rescatase a los que estaban sometidos a la ley y nosotros recibiéramos la condición de hijos. Rm 10,6-8: En cambio, la justicia que nace de la fe habla así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo?es decir, con la idea de hacer bajar a Cristo. o: ¿Quién bajará al abismo?,es decir, con la idea de hacer subir a Cristo de entre los muertos. 2Cor 8,9: Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza. En la etapa de exaltación es Dios quien toma la iniciativa, como se implica en el himno de Flp. convirtiendo a Jesús en Señor e Hijo de Dios en Poder. Es decir, si es que antes de la encarnación tenía un estatus elevado, después que es exaltado es hiper exaltado. Y esta dinámica hace de la humanidad esclavisada hijos de Dios que viven de acuerdo a Espíritu del Hijo y en intimidad con el Padre (Rm 8,3-4, 14-16; Gl 4, 4-7; Jn 1, 11-13). Por último, este proceso se corona con la promesa de la segunda venida tal como lo indica Mt 10,23; 23, 32-36. 25, 31-32. Para más detelles: Salvation by Allegiance Alone: Rethinking Faith, Works, and the Gospel of Jesus the King ;p.30-46