El Aquedah en el Judaísmo delSegundo Templo (Abraham abandona la idolatría)

La figura de Abraham e Isaac, especialmente lo concerniente al sacrificio del segundo, es de creciente importancia en el Judaísmo del segundo templo, y explica, en parte, por qué fue tan importante para San Pablo. Por una parte, Abraham representa el modelo del gentil que se ha convertido al verdadero Dios. Filón de Alejandría señala que Abraham reconoció la verdad del Dios Único y decidió partir de su tierra y de la idolatría (Virt. 39, 219): «Él es el modelo de la nobleza de todos los prosélitos, que abandonan la ignorancia de leyes extrañas y de costumbres idolatras mostruosas» (ver también: Migr 22-23#176-86; QG 3,1; Somn 1.8-10#41-60; Her 20#96-99). Para Filón, el viaje de Abraham de Caldea a Haran representa alegóricamente el movimiento desde la adoración de la creación a la adoración al Creador (Abr. 25# 68-70). Algo parecido encontramos en Jub 11, 3-5. 7-8 donde se habla de Ur como de una ciudad pagana violenta bajo el poder de espíritus malignos. Serug, el idólatra abuelo de Abraham, traspasó a su hijo Nahor sus conocimientos de adivinación y astrología. El joven Abraham de 14 años reconoció el error de la idolatría y le rezó al Creador para que lo salve de la polución y el error de los hombres (Jub 11,16-17). En Jub 12,1-8. 12-13,1 Abraham, ya adulto, confronta a su padre sobre la inutilidad y la muerte de los ídolos. Josefo también describe a Abraham como aquel sujeto inteligente que fue el primero en reconocer la obra creadora de un Único Creador (Ant 1.7.1 ∫154-57). En el ApAb 1-8 también se cuenta cómo Abraham descubre, a través de ídolos que se dañan, que éstos era inútiles. En Pseudo-Filón consultar L.A.B. 6, 3-4. En 4QMMT 117 (4Q398 frg. 2 II; 4Q399 frg. 1 II) vemos un eco de Gn 15,6 en el sentido de las buenas obras de Abraham: «Te será contado como en justicia cuando haces lo recto y bueno delante de él, para tu bien y el de Israel». Esta conversión de Abraham que lo hace hacedor de buenas obras llega a tal extremo que cumple la Torá incluso antes que ésta existiese. Filón señala que Abraham encarnaba la todavía no escrita Ley (Abr. 46#275-276). En Jub 6,18-19 Abraham ya cumple la prescripción de la más tardía Torá en orden de no comer carne con sangre. En el 2Bar se habla de una Ley no escrita que Abraham habría observado. Lo mismo en la Misná Qiddushin 4,14: «Y encontramos que Abraham nuestro Padre había realizado toda la Torá antes que ésta fuera dada…Abraham obedeció mi voz y guardó mis mandamientos, mis estatutos, y mis leyes». Para más detalles: Paul and the Stories of Israel: Gran Thematic Narratives in Galatians, 98-102.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.