Antes del Nous en Filón de Alejandría: Vocabulario visionario judío

Antes de que Filón de Alejandría adoptase la idea del nous como aquella dimensión que puede acceder a la visión de Dios, existían varías imágenes, especialmente en la literatura apocaliptica, y luego en las Hejalot, que se referían a esta facultad de acceder a las realidades divinas. Una de ella la imagen de «los cielos abiertos». Numerosos son los ejemplos.

  1. Mal 3,10 «Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora  a prueba en esto — dice el SEÑOR de los ejércitos — si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde».
  2. Salm 78,23-24 «Sin embargo, dio órdenes a las nubes arriba, y abrió las puertas de los cielos; hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio comida del cielo».
  3. Ez 1,1 «Sucedió que en el año treinta, al quinto día del cuarto mes, estando yo entre los desterrados junto al río Quebar, los cielos se abrieron y vi visiones de Dios».
  4. 1En 104,2 «Tened esperanza, pues antes habéis sido escarnecidos con maldades y aflicciones, pero ahora brillaréis como las luminarias del cielo. Brillaréis y seréis vistos, y las puertas del cielo se os abrirán».
  5. 2En 31,2 «Y Yo creé por el (Adán) los cielos abiertos para que él pudiese mirar a los ángeles cantando el himno triunfal».
  6. ApAb 19,4 «Y mientra el estaba todavía hablando, hubo una inmensidad debajo, los cielos abiertos y yo vi en el séptimo cielo donde estaba parado a un fuego que se extendía y una luz y rocío y una multitud de ángeles y un ejército de gloria invisible, y sobre todo esto yo ví a las criaturas vivas»
  7. 2Bar  22,1: «Y después que sucedieran estas cosas, mirad, los cielos estaban abiertos y Yo vi, y una fuerza me fue dada,  y una voz fue escuchada desde lo alto»
  8. Apoc. Mos 35,2: «Ella me dijo (Eva a Seth): «Mira con tus ojos y mira los siete cielos abiertos, y mira con tus ojos cómo el cuerpo de tu padre yace sobre su rostro, y todos los santos ángeles están con él, orando por él y diciendo: «perdónalo, oh Padre de todos, porque él es tu imagen»».
  9. EvPe 10,1-8 «Empero, en la noche tras la cual se abría el domingo, mientras los soldados en facción montaban dos a dos la guardia, una gran voz se hizo oír en las alturas.2. Y vieron los cielos abiertos, y que dos hombres resplandecientes de luz se aproximaban al sepulcro.
    3. Y la enorme piedra que se había colocado a su puerta se movió por sí misma, poniéndose a un lado, y el sepulcro se abrió. Y los dos hombres penetraron en él. 4. Y, no bien hubieron visto esto, los soldados despertaron al centurión y a los ancianos, porque ellos también hacían la guardia. 5. Y, apenas los soldados refirieron lo que habían presenciado, de nuevo vieron salir de la tumba a tres hombres, y a dos de ellos sostener a uno, y a una cruz seguirlos. 6. Y la cabeza de los sostenedores llegaba hasta el cielo, mas la cabeza de aquel que conducían pasaba más allá de todos los cielos. 7. Y oyeron una voz, que preguntaba en las alturas: ¿Has predicado a los que están dormidos? 8. Y se escuchó venir de la cruz esta respuesta: Sí».
  10. Jn 1,51: «En verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre».
  11. Mc 1,10 «E inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu como paloma descendía sobre Él».
  12. Ap 4,1 «Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas».
  13. Ap 19,11 «Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra».

Otra  manera de expresar estas revelaciones es a través de la imagen del «ojo del espíritu». Así, en la AscIsa «Y me condujo a la atmosfera del séptimo cielo, donde, además, oí una voz que decía: “¿Hasta dónde va a ascender el que mora en la carne?” [interesante porque es una transición que reconoce que a travé de los ojos sensibles no se puede acceder a las realidades sublimes…pero no hablará del nous, sino de…]. Me asusté y me eché a temblar. Mas cuando ya me encontraba en este estado, oí otra voz que partía de allí y me decía: “Permitido está subir al santo Isaías, pues aquí está su vestidura” […].“Me subió al séptimo cielo, y allí vi una luz maravillosa, así como innumerables ángeles. Vi en aquel lugar a todos los justos (desde Adán; allí vi al santo Abel y a todos los justos; a Henoc y a todos los que estaban con él), despojados del ropaje carnal. Los vi en sus excelsas vestiduras (y eran como los ángeles que allí) tenían gran gloria… Vi entonces la gran gloria al abrirse los ojos de mi espíritu, pero no pude continuar contemplándola, ni tampoco el ángel que iba conmigo, ni ninguno de sus semejantes a los que había visto adorar a mi Señor, mas vi a los justos que con gran poder contemplaban la gloria de Aquel». Otro ejemplo pertinente, aunque hablando de sueños,  lo encontramos en 1En 13,8 «Y he aquí que tuve un sueño y experimenté visiones, viendo imágenes de castigos y (ordenándoseme) que hablase a los hijos del cielo y los increpara». Para más detalles: Dragos A. Giulea, «The Noetic Turn in Jewish Thought» Journal for the Study of Judaism 42 (2011) 29-32. Entre mis entradas ver esta y esta y esta.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.