Sobre las cualidades divinas en el misticismo apocalíptico

Las cualidades que se predican de Dios en la literatura apocalíptica se caracterizan por definir a la divinidad al mismo tiempo que adquieren independencia de la misma. La analogía que me parece más apropiada es la terminología posterior de las «energías divinas». Estas emanan de Dios, de alguna manera lo definen…sabiendo que Éste está más allá de todas ellas. En ese sentido los siguientes textos pueden ser ilustratrivos. En el Apocalipsis de Abraham Yahoel, el ángel que conduce al patriarca en su viaje celestial, es el portador del Nombre divino (capt. 10). Yahoel se define de la siguiente manera: Yo soy el poder del Inefable que puso sus nombres en mí. De acuerdo a sus mandatos, se me ha ordenado reconciliar las rivalidades de las criaturas vivas del querubin, y enseñar a aquellos que cantan la canción en medio de la séptima hora en la noche (10,8-9). Pero hay más. Yahoel puede ser considerado el ángel de la presencia y de la no-presencia, en una ambigüedad analogable a la que vemos en Metatrón quien representa el nombre de Dios y su cuerpo (Siur Qomah), pero que no puede ser confundido con Dios so pena de herejía al modo de Elisha B. Abuyah quien es castigado por afirmar los dos poderes en el cielo. Del mismo modo, Yahoel advierte a Abraham en el Apoc. de Ab no adorarlo como si fuese Dios, lo que significa que si bien es como el ángel de la presencia del nombre no puede ser confundido con Dios.

Otro ejemplo significativo lo encontramos en el Libro de la similitudes (1Enoc 37-71) donde se predica del Hijo del hombre muchas de las cualidades divinas. Algo similar vemos en el Testamento de Abraham donde el patriarca es testigo del juicio final que se manifiesta en dos caminos, uno estrecho y el otro espacioso, que conducen a dos puertas sobre las cuales sentado sobre un trono de oro se encontraba un Hijo de hombre lamentándose porque la mayoría de las personas eran conducidas por los ángeles por el camino espacioso, mientras que pocos eran conducidos por el camino estrecho (capt.11). Este Hijo del hombre se identificará con Abel y su trono con el de Dios de acuerdo a 1En 14,18 (ambos de cristal). El Hijo del hombre brillaba brillaba como el sol al modo de la gloria divina en 1En 14,20 donde sus vestidos son comparados con la luz del sol. Otro ejemplo significativo es el texto, en estado fragmentario, del 11Q 13 que se describe con atributos divinos al sumo sacerdote Melquisedec quien ejecutará el juicio final.  Por último, mencionemos que en el más tardío 3En encontramos está misma dinámica de atribuirle cualidades divinas a un tercero, en este caso Enoc-Metatrón (el Nombre divino, por ejemplo), pero cuidándose de acentuar que se trata de un ser creado (y aquí y aquí y aquí ).

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.