Los Salmos de Salomón, el Hijo de David y los conflictos sociales

Uno de los títulos de Jesús más importante en
el Ev. de Mateo es el de Hijo de David  el que tiene relación con el concepto de Reino de Dios. En el Ev. de
Marcos, a su vez, Bartimeo el ciego saluda a Jesús como Hijo de David inmediatamente antes de su entrada triunfal a
Jerusalén (Mc 10,47-48), lo mismo que la multitud  en la
ciudad santa (11,10). ¿Si esto es así, por qué Jesús cuestiona tal título en Mc
12,35-37?  Una de las razones estaría en el acento político que tal título tenía en el
siglo I. Los Salmos de Salomón nos abren una ventana para entender algunos
acontecimientos históricos previos a la era cristiana que iluminan la denominación Hijo de David.
El contexto es la lucha por el trono en la dinastía hasmonea entre los hijos de
Alejandro Janei (que reinó y fue sumo sacerdote entre 103 y el 76 a.c) y Salome
Alejandra (quien fue reina rejente entre el 76 y el  67 a.c.): Hircano, el primogénito, y
Arístobulo, el hermano menor. Este último, a la muerte de su madre, se había
precipitado a tomar el poder haciendo que su hermano mayor huyese de judea para
pedir refugio y ayuda al Rey  Aretas en
Petra. La ayuda militar proporcionada fueron 50.000 hombres quienes empujaron
al ejército de Arístobulo a refugiarse tras las murallas de Jerusalén. En este
punto muerto del conflicto, ambos pretendientes, se dirigieron a los romanos
(en la figura de Pompeyo) para que definiera la balanza. El ejército romano no
se dejó rogar e intervino en el 64 a.c. En un inicio Pompeyo es bienvenido por
ambos bandos: los gobernantes de la
tierra salieron a encontrarlo con alegría. Le dijeron: “¡Bienvenido es tu
viaje!
Ven, entra en paz”. …El entró
como un Padre entra en la casa de su Hijo, en paz. Y posó su pie con gran
seguridad. Tomó posesión de sus torres fortificadas y de las murallas de
Jerusalén
(8,15-19). Sin embargo, los seguidores de Aristobulo se rebelan y
se refugian en el monte del templo. El ejército romano, entonces, rodea el
templo y parte de Jerusalén y lo vence luego de tres meses Es conocido el hecho
que una vez entrar en la ciudad santa, el general romano se dirigió al templo y
fue directamente al Santo de los santos.  Esto produjo horror en los partisanos que
defendieron el templo: el extranjero se
convirtió en un orgulloso …y derribó las murallas con sus arietes, y vosotros
no lo resististeis. Naciones extranjeras subieron a vuestro altar, ellos de
manera arrogante ascendieron a éste con sus sandalias
(2,1-3). Como sea,
Judea pasó de ser un estado independiente a una provincia dependiente del
gobernador de Siria. Hircano fue nombrado Sumo Sacerdote, pero se le negó
cualquier pretensión real. Aristobulo fue arrestado y llevado a occidente
(17,12).
Este es el contexto histórico de los Salmos de Salomón, compuestos por
partisanos que defendían Jerusalén y el templo y que se consideraban como justos enfrentados a los injustos o pecadores. No pertenecían a
ningún partido, ni a Hircano, tampoco a Aristobulo.  Sólo pretendían defender el honor de
Jerusalén. De hecho en este texto se critica sin distinción a quienes han profanado completamente el santuario del
Señor
(Sa Sal 1,8). Y es que los
hijos de Jerusalén han contaminado el santuario del Señor y profanado las
ofrendas a Dios con acciones contrarias a la Ley
(2,3; ver también:
8,11-12). La dinastía Hasmonea es duramente criticada por el (o los) autor. Señor, Tú elegiste a David para ser Rey sobre
Israel, y le juraste respecto a su descendencia que su reino no caería jamás
delante de ti (2Sam 7, 14-16). Sin embargo, debido a nuestros pecados, los
pecadores se levantaron contra nosotros…ellos tomaron posesión por la fuerza y
no dieron honor a tu glorioso nombre. En su orgullo levantaron un reino en
esplendor, ellos desperdiciaron el trono de David en la arrogancia de su suerte
(17,4-6). En general, estos partisanos avocan por la legitimidad de la dinastía
de David esperando al que llaman Hijo de
David.
Este es el primer texto donde el título Hijo de David tiene un claro sentido político-mesiánico. Otro
título utilizado es el del ungido (17,32;
18,5.7) quien va a purificar a Israel de los paganos que no viven bajo la Ley
(17,22-24. 30b. 36.b) utilizando, incluso, armas no convencionales como su
Palabra (17,24; Ap 19,11-15). Pero no
solamente la dinastía hasmonea o los paganos son criticados, también lo son los
sacerdotes que sirve en el templo. Estos son acusados de ofensas sexuales
(2,13; 8,9-10). Todos estos pecadores son castigados por Dios quien trae a un hombre desde el confín de la tierra (Pompeyo)
para derribarlos con fuerza (8,15).
En otro fragmento se específica que este
hombre es extraño a nuestra raza
(17,7). La idea es que el pueblo ha
aprendido su lección (3,4; 7,3.9; 8,26.29; 10,1-4; 13,7.10; 14,1-2; 16,4.
11-15), se quiere convertir, y llamar a la piedad y misericordia de Dios
(8,25-27).

Ahora bien, ¿quiénes son estos partisanos? Es
posible que sean fariseos. Algunas razones que apuntan en esta dirección es la
creencia en la resurrección del justo (3,12); tienen una doctrina balanceada
entre predestinación y responsabilidad humana (5,4; 9,4-5); no fomentaban una
rebelión armada abierta, pero sí esperaban la inminente intervención de Dios a
través de su Mesías, Hijo de David; consideran
a las sinagogas como lugares de culto y reunión importantes (10,6-7; 17,16.43);
los intereses respecto a la oración, el ayuno, la pureza moral y ritual en la
vida cotidiana son típicos de los fariseos (3,7); la invitación a la constante
meditación de los juicios de Dios, rezar constantemente por las necesidades
humanas, y la confianza en la respuesta de Dios son también aspectos que
caracterizan a los fariseos (3,3; 5,5.8. 12; 6,1-2. 4-5; 7,7; 9,6; 15,1).

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.