La ascensión de Moisés al Sinaí en Dionisio el Areopagita

Como es conocido, la figura de Moisés es muy importante para la primera mística cristiana hasta los padres de la Iglesia. Veamos cómo interpreta este texto Dionisio el Areopagita en MT I.3, 1000C-1A:

«A Moisés se le ordena, en primer lugar, purificarse a sí mismo, y entonces a separarse…y, después de una purificación completa, él escuchó las trompetas de muchas voces, él contempló muchas luces…entonces…con los sacerdotes escogidos él alcanzó lo más sublime de las ascensiones divinas. Y sin embargo, en todo esto él todavía no se encontró con Dios, porque no lo contempló – y es que Él no puede ser visto- pero contempló el lugar donde Dios estaba. Y yo interpreto esto como el más alto y más divino de las cosas que pueden ser vistas y captadas por el conocimiento intuitivo, que son ciertos principios básicos de las cosas subordinadas a Él Quien transciende todas las cosas, a través de lo cual Su Presencia está por encima de cualquier concepción, y que está montado sobre las cumbres espirituales de Sus lugares más sagrados. Y entonces, abandonando lo que es visto y aquellos que ven estas cosas, él entra en los verdaderos secretos oscuros del desconocimiento, y de este modo él cierra sus ojos a todas las percepciones abiertas al conocimiento, y entra en Él Quien es al mismo tiempo intocable, invisible y más allá de todas las cosas. Más allá de todas las cosas, y perteneciendo a nada más, ya sea a sí mismo o a otro, él está, de este modo, en acuerdo con lo que es más grande y en completa cesación de toda actividad propia de conocimiento, unido a Él Quien es totalmente inconocible, y conociendo nada, conoce en un modo más allá del intelecto» (pos. 1278).Para más detalles: A. Golitzin, Mystagogy: A monastic Reading of Dionysius Areopagita (Cistercian Studies Book 250).

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.