La Alianza de Noé (1)

Tres son las Alianzas que definen la historia de salvación de Israel: la de Abraham, Moisés y la de David. Sin embargo, no nos podemos saltar otra que será igualmente significativa para la primera reflexión cristiana, la de Noé. Esta Alianza había sido anunciada por Dios a Noé antes del diluvio: Pero contigo estableceré una alianza: Entra en el arca con tu mujer, tus hijos y sus mujeres (Gn 6,18). Esto después que Dios había visto la total corrupción de la tierra. Entonces viene el conocido episodio del diluvio, luego del cual Dios dijo a Noé y a sus hijos:  —Yo hago una alianza con ustedes y con sus descendientes,: con todos los animales que los acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra (9,8-10). Los destinatarios de la Alianza es Noé, sus descendientes, y todos los seres vivos en el presente y el futuro. El alcance es, por lo tanto, universal: Pondré mi arco en el cielo, como señal de alianza con la tierra (9,13).  El efecto de esta Alianza es una promesa, la sobrevivencia de Noé, su familia y su descendencia. Al modo de Adán, y de Israel, Dios vuelve a renovar la creación, multiplicaos y llenad la tierra (como Israel ante la tierra prometida; y el orden jerárquico entre el hombre y los animales, vocación real de Adán-Israel) Dios bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles:    —Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra. 9,2: Ante ustedes todos los animales de la tierra sentirán temor y respeto: aves del cielo, reptiles del suelo, peces del mar, están en sus manos (9,1-2).  De manera más breve: Ustedes, sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y domínenla (Gn 9,7). Hay además otras especificaciones. El hombre podrá comer todo ser vivo sobre la faz de la tierra (no sólo los vegetales que dan semilla como el caso de Adán), aunque con la excepción que de comerse carne ha de hacerse sin la sangre porque ésta es la vida del animal.  También, y haciendo alusión al crimen de Caín, Dios dice: Yo pediré cuentas de la sangre y la vida de cada uno de ustedes, se las pediré a cualquier animal; y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano (Gn 9, 5). Así como en el caso de Abraham la circuncisión  (Gn 17) o de Moisés el sacrificio eran los signos que sellaba la Alianza, en el caso de Noé es el arcoíris. 


El carácter universal de esta Alianza, a pesar de sus paralelos con la historia del Edén y de las alianzas de Abraham, Moisés, y David, fue corregido por el libro de los Jubileos (6,1-3) A primeros del tercer mes, (Noé) salió del arca y construyó un altar en aquel monte. 2 Mostrándose sobre la tierra, tomó un cabrito y expió con su sangre todo el pecado de la tierra, pues había perecido cuanto en ella hubo, salvo 10 que estaba en el arca con Noé. 3 Ofreció la grasa sobre el altar y, tomando un buey, un cordero, una oveja, cabritos, sal, tórtolas y palominos, ofreció un holocausto en el altar. Echó sobre ello una ofrenda
de masa harinácea con aceite, hizo una libación de vino y derramó encima de todo incienso, haciendo elevarse un buen aroma, grato ante el Señor. Por su parte, Dios se comprometió de la siguiente manera: En todos los días de la tierra no faltará sementera y mies, frío y calor, verano e invierno; el día y la noche no cambiarán su norma ni faltarán
jamás. 5 Creced y multiplicaos en la tierra, aumentad en número y servidle de bendición. Os haré temidos y terribles a cuantos hay en ella y en el mar. 6 Os otorgo todas las bestias, los animales, volátiles, réptiles de la tierra y los peces en las aguas, todos, como alimento. También os concedo las verduras: comed de todo. 7 Pero no comáis carne con espíritu,
con sangre, pues la vida de todo ser carnal está en la sangre, no sea que se os demande vuestra sangre con vuestra vida. De mano de cualquier hombre de mano de todos reclamaré la sangre humana. 8 Todo el que derrame sangre de hombre, por mano de hombre será su sangre derramada, pues a su imagen hizo el Señor a Adán. 9 Creced vosotros y muluplicaos sobre la tierra.  10 Noé y sus hijos juraron no comer sangre alguna de ningún ser carnal, e hizo pacto eterno ante el Señor Dios para siempre en este mes(6,4-10). La referencia a un mes en particular se explica en el versículo 11 cuando, y hablando a Moisés, se hace referencia a la fiesta de las semanas: Es festividad de semanas y de primicias. Es doble y de dos clases esta fiesta, cuya celebración ha de realizarse según está escrito y grabado (6,21). Esta fiesta, entonces, recuerda una ley que atemporal, que es para siempre (6,14), una alianza eterna (6,16) y que ha de renovarse todos los años (6,17). 

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.