Gzera Shava en GnR (56, 22)

Otro ejemplo de cómo la Torá oral se construye a través de bloques lo encontramos en el GnR (56,22). Se trata de una forma de midrash relativamente sencilla que se llama  gzera shava. Veamos este ejemplo.  En el tercer día [Isaac]…(Gn 22,4). «Nos dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de Él» (Os 6,2).
Primer bloque: en el tercer día obedecieron los israelitas: «Y José les dijo al tercer día: Haced esto y viviréis, pues yo temo a Dios» (Gn 42,18 ).
Segundo bloque: en el tercer día recibieron la Torá: «Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana…» (Ex 19,16 )
Tercer bloque:en el tercer día los espías: «…no sea que los perseguidores os encuentren, y escondeos allí por tres días…»  (Jos 2,16 )
Cuarto bloque: en el tercer día Jonás: » y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches…» (Jon 1,17)
Quinto bloque: en el tercer día desde que regresaron del exilio: «…los reuní junto al río que corre a Ahava, donde acampamos tres días…» (Ezr 8,15)
Sexto bloque:en el tercer día de la resurrección de los muertos: «Nos dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de Él» (Os 6,2)
El versículo de Os no es sino el arquetipo  de cada uno de los versículos que le siguen. A su vez, cada uno encarna de manera práctica Os 6,2 adquiriendo un nuevo horizonte de significado. Pero no es sólo el versículo de Os, también, y junto a él el concerniente a Isaac en Gn 22,4. Cuando Os 6,2 y Gn 22,4 se leen juntos aparece algo interesante. En el tercer día del Gn 22, 4 dice relación con el sacrificio de Isaac: «Al tercer día alzó Abraham los ojos y vio el lugar de lejos» (Gn 22,4) que a la luz de Os haría relación con la resurrección de los muertos. El ofrecer el sacrificio de Isaac, y su liberación milagrosa, dice relación con la resurrección de los muertos. La resurrección se definiría a modo de imagen con la liberación milagrosa de Isaac. Israel, como Isaac, también es un sacrificio al modo del hijo único y amado de Dios, y de tal modo la resurrección es la salvación que Dios le ofrece de manera milagrosa y gratuita.
En este contexto, vamos al primer bloque donde José le dice a sus hermanos: «Y José les dijo al tercer día: Haced esto y viviréis, pues yo temo a Dios: (Gn 42,18) si sois hombres honrados, que uno de vuestros hermanos quede encarcelado en vuestra prisión; y el resto de vosotros, id, llevad grano para el hambre de vuestras casas; (Gn 42,19)«. La ironía es que Jacob había perdido a su hijo amado, ofrecido en sacrificio por sus hermanos, y ahora, resucitado, exige el sacrificio de uno de sus hermanos (Simón). De nuevo, los motivos se repiten: sacrificio y resurrección. 
Sigamos con el segundo bloque, donde el don de la Torá se da al tercer día desde la purificación del pueblo de Israel, el primogénito de Dios. Este don que es de vida se da en un contexto de riesgo de muerte como se interpreta Ex 19,17 (Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte) de acuerdo al Talmud babilónico Shabbat 88a donde la montaña es un ataud.
Avanzando hacia el tercer bloque encontramos que los observadores o espías enviados para explorar la tierra prometida se encuentran en peligro de muerte y tienen que esconderse por tres días. La salvación milagrosa que acontece es testigo de la liberación del pueblo elegido y de la tierra prometida.  Y dijeron a Josué: Ciertamente, el SEÑOR ha entregado toda la tierra en nuestras manos, y además, todos los habitantes de la tierra se han acobardado ante nosotros (Jos 2,24). 
Llegamos al cuarto bloque donde de manera milagrosa Jonas es salvado al tercer día aludiendo también al motivo universal de la misión de Israel. A través de la salvación del hijo elegido el pueblo de Ninive es rescatado por su predicación y ejemplo.
En el quinto bloque  nos lleva al tercer día desde el regreso del exilio en Babilonia: Y los reuní junto al río que corre a Ahava, donde acampamos tres días… (Ezr 8,15 ). De nuevo el regreso se relaciona con el acontecer milagroso de Dios: Partimos del río Ahava el día doce del mes primero para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y de las emboscadas en el camino (Ezr 8,31) Y llegamos a Jerusalén y nos quedamos allí tres días (Ezr 8,32).
Por último llegamos al sexto bloque que de nuevo nos ha lleva a Os, cuando Israel se encuentra en calidad de hijo llevado al sacrificio, junto con subrayar la misión de Israel en la salvación de los pueblos del mundo (Jonás), e iluminando este contexto la salvación milagrosa de Isaac como sacrificio a través de la resurrección de los muertos. 

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.