El Beso de Dios: La irrevocable decisión divina

El beso de Dios es un midrás medieval sobre la muerte de Moisés que Miguel Pérez Fernández y Olga Ruiz Morell han traducido y comentado. Es un texto de una humanidad y profundidad teológica muy emotivas. Lo primero que llama la atención es la irrevocable decisión de Dios de dar muerte a Moisés antes de que éste pudiese entrar en la tierra prometida. La muerte, como la vida, le pertenecen a Dios. Suena una frase tan trivial, y sin embargo, es absolutamente estremesedora. El hombre es mortal, pero la muerte se ha actualizado a través de la desobediencia de Adán. Nadie ha podido revertir este infortunio porque el pecado, como contradicción humana está siempre presente. La vida y la muerte van juntas a nuestro lado. Por otra parte, la actitud de Moisés es muy humana por cuanto, comenzó [Moisés] a reclamarle insistentemente. Dijo ante Él: «Señor del Universo, ¿qué pecado he cometido para tener que morir?» Le contestó el Santo, bendito sea: «Mira, por la copa del primer hombre- del que está escrito: «He ahí al hombre que ha llegado a ser como uno de nosotros conociendo el bien y el mal» (Gn 3,22)-, por eso tú debes morir». Le dijo [Moisés]: «Señor del Universo, ¿en vano pisaron mis pies el Arafel [la niebla en la que Moisés se adentró para recibir la Torá en Ex 20,21] y en vano corrí delante de tus hijo como un corcel?». El Santo, bendito sea, le contestó: «Yo ya penalicé al hombre [Adán] con la muerte (Gn 3,19). Replicó Moisés: «Señor del universo, al primer hombre Tú le impusiste un solo mandamiento levísimo y lo transgredió, ¡pero yo no he transgredido ninguno!». El Santo, bendito sea, dijo: «Mira a Abraham, que santificó mi Nombre en el mundo, y también ha muerto»

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.