La oración de Jesús: Sn Juan Climaco

las palabras de la oración. Si, debido a su infancia, estas palabras te aburren
y sorprenden, continuad. La mente por naturaleza es inestable. Sin embargo, Él, que gobierna sobre todas las cosas, puede controlarla. Si adquieres esta
práctica y constantemente te atañes a ella, Él, “que ha puesto límites al mar”
de tu mente, va a decirle durante tus oraciones: “»Hasta aquí llegarás,
pero no más allá” (Job 38:11). Es imposible atar a un espíritu. Sin
embargo, donde el Creador de tal espíritu está presente, allí todos le
obedecen. …El comienzo de la oración consiste en desterrar, tan pronto como
aparecen, los pensamientos que llegan a
nosotros; en el medio, quedaos solo en las palabras pronunciadas vocal o
mentalmente (28,17-19) (p. 214) . En el capítulo dedicado a la obediencia ( La Escalera 4, 92. p.45) San Juan también escribe sobre la
oración de Jesús: Constantemente lucha
con tus pensamientos y cuando estos son llevados de aquí para allá, recógelos
todos juntos. Dios no le pide a los novicios una oración completamente libre de
distracciones. No desesperéis cuando vuestros pensamientos están distraídos,
más bien permaneced en calma y sin cesar recoge tu mente en sí misma”. La
oración de Jesús supone el descender con la mente en el templo que es el propio corazón y desde allí ofrecer la oración llena de gracia y poder. Una cosa es mirar constantemente hacia el corazón, y otra es confiar la
contemplación del corazón a la mente, esta es como un príncipe y un obispo que
ofrece sacrificios espirituales a Cristo (La Escalera, 28,51 p.218). Finalmente, sed perseverantes en la
oración de Jesús: Pedidla con lágrimas,
buscadla con obediencia, tocad (la puerta) con paciencia. De esta manera “aquel
que pide recibe, aquel que busca encuentra, y aquel que toca (la puerta) le
será abierta” (Mat 7,8) (La Escalera 28,57, p.30).