¿Es la idea del mesías sufriente una originalidad cristiana, o más bien, un pensamiento judío tradicional?
Si el mesías es un sacerdote o rey victorioso, que erradica el mal, el sufrimiento, y trae con sigo el juicio y la resurrección, ¿de dónde aparece la idea de su sufrimiento? ¿Es esta una idea cristiana? La idea de un mesías que sufre para redimir, como hemos visto en otras entradas (aquí, aquí y aquí), no es del todo ajena al judaísmo del tiempo de Jesús Ademas de la interpretación de Is 53 y Dn 7 existen otros textos que apuntan a esta ecuación Mesías sufrimiento. En el Testamento de Levi, de acuerdo al Himno de la Autoglorificación de 4Q541, encontramos las siguientes palabras del sacerdote escatológico: «Y el va a expiar por todos los hijos de esta generación y será enviado a todos los hijo de su pueblo. Su palabra es como la palabra de los cielos, y sus enseñanzas de acuerdo a la voluntad de Dios…Ellos dirán muchas palabras en su contra, y abundancia de mentiras; ellos inventaran fabulas en su contra, y dirán todo tipo de disparates en su contra«. En este himno vemos un contenido expiatorio, probablemente cúltico, en las palabras del sacerdote Mesías Pero hay más. En este mismo himno encontramos una figura desconocida que es exaltada en medio de los ángeles y que es sentada en un trono. Es interesante porque esta misma persona es quien ha sido humillado aparentemente por sus contemporáneos Dice así «Yo soy contado entre los dioses y mi habitación se encuentra en la santa congregación, mi deseo no es de acuerdo a la carne, pero todo lo que es precioso para mi esta en la gloria de…la sala habitación. ¿Quién ha sido considerado despreciable en mi lugar? ¿Y quién es comparable conmigo en mi gloria?…¿Quién ha soportado tantas penas como yo? ¿Quién ha sufrido el mal como yo?» (4Q491c Frag 1). Quien quiera que haya sido esta figura escatológica, una cosa es clara, existen muchas similitudes con textos neotestamentarios . Pongamos por ejemplo Rm 3,25: «Dios lo destinó a ser con su sangre instrumento de expiación para los que creen» (haciendo referencia a Is 53,11); o bien, 1Cor 15,3: «Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras». Aun más explicito es el comentario de Is 53 que encontramos en 1Pe2,21-25: «Ésa es su vocación, porque también Cristo padeció por ustedes, dejándoles un ejemplo para que sigan sus huellas. 2,22: No había pecado ni hubo engaño en su boca; 2,23: cuando era insultado no respondía con insultos, padeciendo no amenazaba, más bien se encomendaba a Dios, el que juzga con justicia. 2,24: El llevó sobre la cruz nuestros pecados cargándolos en su cuerpo, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus cicatrices nos sanaron. 2,25: Antes andaban como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus almas«.
Esta tendencia de relacionar el mesías con siervo sufriente se ve muy disminuida con el judaísmo rabínico, quizás precisamente como reacción al cristianismo. Sin embargo encontramos un testimonio interesante en el Bavli: «Los rabinos dijeron: Su nombre es (el del Mesias) «el leproso de la casa del Rabi», como esta escrito: «soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, lo tuvimos por un contagiado, herido de Dios y afligido» (Is 53,4)» (bSanh 98b). Además de este ejemplo encontramos otros en el Talmud Babilónico. El primero esta en bSanh 93b donde leemos como se aplica Is 11,3 al Mesías «El (Dios) lo hará retoño de la cepa de Jesse de rápido entendimiento en el temor del Señor (Is 11,3). R. Alexandai dijo: Las enseñanzas respecto a que él lo cargará (al mesías) con buenas obras y con sufrimientos como ruedas de molino». El segundo ejemplo es más conocido y se encuentra en el bSanh 98a y trata del Mesías que se sienta entre los enfermos y leprosos a la puertas de Roma a esperar el tiempo en que tenga que aparecer en publico.
Por lo tanto la idea de un mesías sufriente esta atestiguado en el judaísmo del tiempo de Jesús y en el rabínico Hay, sin embargo, un texto que sobresale en este aspecto. Se trata de una serie de homilías que se encuentran en la Pesiqta Rabbati. Bien vale la pena una entrada especial para ella.