Noé como el nuevo Adán y Sumo sacerdote en fuentes intertestamentarias

Algunos escritos inter-testamentarios como el
Documento Arameo de Leví, Jubileos, y algunos textos enóquicos le adjudican a
Noé un papel fundamental en la historia de salvación. Un papel que otras
corrientes del judaísmo se apresuraron en restar probablemente porque defendían
otra línea sacerdotal y otro calendario. Para quienes Noé juega un rol
fundamental, éste es la fuente de una determinada  instrucción sacrificial y por lo tanto el
origen del verdadero linaje sacerdotal. Noé es, además, el segundo Adán y el
fundador de la nueva humanidad post-diluviana…que lamentablemente nuevamente se
verá enfrentada a los espíritus malos, sobrevivientes de los gigantes quepoblaron la tierra antes del diluvio (y aquí, y aquí). Es increíble constatar como mitos
tan diversos configuraban el judaísmo previo al cristianismo. Como sea, entre
los especialistas surge una pregunta que deriva del estudio de las fuentes apócrifas
y del Qumrán referentes a Noé. ¿Existió alguna vez un Libro de Noé como texto
base de estas especulaciones míticas? Aunque no lo sabemos a ciencia cierta
algunas pistas parecen apuntar a una respuesta afirmativa. Vamos por parte…
El primer texto qumránico es el 4Q 534 Col. I,
conocido como el Libro de Noé, y que lamentablemente se encuentra en estadio
muy fragmentario. Aun así alcanzamos a leer algunos signos físicos que
acompañan a Noé recién nacido. Todos estos signos apuntan a su condición semi-divina:
“…una marca; son rojos sus cabellos y
tiene lunares sobre […]…y diminutas marcas sobre sus muslos […] diferentes uno
de otros. Conocerá….Durante su juventud…[…como] uno que no sabe nada, hasta el
momento en el que conozca los tres libros….Entonces adquirirá  la prudencia y conocerá […]… de las visiones
para venirse a la esfera superior. Y con su padre y con sus antepasados […]
vida y ancianidad. Serán con él el consejo y la sutileza y conocerá los
secretos de los hombres. Su sabiduría llegará a todos los pueblos. Conocerá los
secretos de todos los vivientes. Todos sus cálculos contra él fracasarán,
aunque la oposición de todos los vivientes será grande. […]sus proyectos,
porque él es el elegido de Dios. Su nacimiento y el soplo de su aliento […] sus
proyectos existirán por siempre…”
Existen semejanzas entre texto y el relato del
1Enoc 106-107, conocido como Libro de Noé, y también en estado fragmentario.
Leemos acerca del hijo de Lamec: “La
carne de éste era blanca como escarcha y roja como las rosas; sus cabellos,
blancos como lana, y sus ojos, hermosos. Cuando abrió los ojos, iluminó toda la
casa como el sol, y toda ella brilló mucho. 3 Y cuando fue tomado de mano de la
comadrona abrió la boca, y habló con Señor justo. 4 Se asustó de él Lamec, su
padre, huyó y se llegó a su padre Matusalén. 5 Le dijo:
-He tenido
un hijo extraño, que no es como los hombres, sino que se parece a los hijos de
los ángeles del cielo, pues su naturaleza es otra, no como la nuestra: sus ojos
son como rayos de sol, y su rostro, luminoso. 6 Me parece que no es mío, sino
de los ángeles, y temo que tenga lugar algún portento en sus días sobre la
tierra. 7 Aquí estoy, padre, para
rogarte y
pedirte que vayas a Henoc, nuestro padre, y oigas de él la verdad, ya que él
habita con los ángeles
”.
Entonces Metusalen, el abuelo de Noé, va donde
Enoc para preguntarle si Noé no sería hijo de un ángel. Entonces Enoc contesta:
18 Y ahora haz saber a tu hijo Lamec que
el nacido es realmente su hijo y ponle por nombre Noé, pues os servirá de resto.
El y sus hijos se salvarán de la destrucción que vendra sobre la tierra por
todos los pecados
y toda la iniquidad
que en sus días tendrá lugar sobre ella
”.
Otro texto es el Génesis Apócrifo del Qumrán
(1Q20) Col. II y V. De nuevo se inicia con las preguntas de Lamec respecto a su
paternidad, y es que Noé es más semejante a un ángel que a un hombre. “He aquí que entonces pensé en mi corazón que
la concepción era obra de los Vigilantes, y la preñez de los Santos, y
pertenecía a los Gigan[tes…] y mi corazón se trastornó en mi interior por causa
de este niño…Entonces yo, Lamec, me asusté y acudí a Bitenós, mi mujer…8
Entonces Bitenós, mi esposa, me habló muy reciamente, llo[ró…] y dijo: ¡Oh mi
hermano y señor! Recuerda mi placer […] el tiempo del amor, el jadear de mi
aliento en mi pecho…14Yo te juro por el Gran Santo, por el Rey de los cie[los…]
que de ti viene esta semilla, de ti viene este embarazo, de ti viene la siembra
de este fruto, y no de ningún extranjero, ni vigilante, ni hijo del cielo…19Entonces
yo, Lamec, corrí a Matusalén, mi padre, y le [conté] todo, [a fin de que él
fuera a preguntar a Enoc] su padre, y supiera por él todo con certeza, ya que
él [Enoc] es amado y bienquisto…Col. V. Yo, Enoc […] [no de los hijos del]
cielo, sino de Lamec, [tu hijo].
Noé se erigirá en el salvador, en el segundo
Adán, y en el primer sacerdote…portador de un conocimiento especial. Algo
parecido encontramos en el 2Enoc 71-72tal como vimos en otra entrada respectoal nacimiento de Noé.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.