Los sueños de José (II): dormía o estaba despierto?

El arte y las películas nos han convencido que Dios se comunicó con José, el esposo de María, a través de sueños…logicamente mientras él dormía. ¿Es esto verdad? No sabemos con certeza qué tipo de experiencia tenía en mente el autor del relato cuando nos dice que el ángel del Señor apareció o brilló delante de José. En concreto, o bien José dormía y lo que tuvo fue una serie de sueños; o bien se trata de algunas visiones en el contexto de experiencias religiosas de trance. A pesar que las palabras griegas para referirse a una u otra experiencia son muchas, éstas no distinguen entre el sueño o las visiones extáticas. La misma palabra se ocupa para hablar del sueño mientras se duerme y de la visión que procede del trance. Los textos tampoco lo dejan claro.

Mt 1, 20 nos dice que mientras José cavilaba en el asunto de María (no nos dice que durmiese!)se le apereció o brilló delante de él el ángel del Señor en sueños (onar). ¿Se trata de un sueño o de una visión? No se nos dice que José estuviese durmiendo. Lo que se nos dice es que estaba pensando sobre repudiar o no a María. Sin embargo, más tarde en 1,24 se nos menciona el momento cuando José despertó de este sueño haciendo referencia explícita a que estaba durmiendo (ipnou). El autor del texto no es claro respecto a si es un sueño o una visión durante un trance. Menos claridad encontramos en 2,13 donde de nuevo el ángel del Señor se aparece o brilla delante de José para advertirle que debía tomar a su familia y huir a Egipto. Luego de esta visión que ocurre en sueños (onar)no se hace ninguna mención explícita a que José estuviese durmiendo. Se menciona sí el que despertase pero el verbo ocupado bien puede hacer mención al despertarse de un sueño como de un trance. Por último, en 2,19 de nuevo el ángel del Señor brilla o aparece a José en sueños (onar), sin embargo en esta ocación hay más claridad que no se trata de un sueño, porque José obedeció a la visión una vez que esta desapareció. No se hace mención a que despertase, menos a que estuviese durmiendo.

La pregunta se vuelve a plantear, ¿es que acaso José dormía o bien se trata de una experiencia religiosa de trance? La pregunta queda en pie, más aún considerando que en el mismo contexto de la infancia de Jesús según Mateo se habla en 2,12 que a los magos se le avisa en sueños o revelaciones (la misma palabra griega onar) que deben volver sin ver a Herodes.

Nunca sabremos con exactitud si el autor de estos relatos pensaba en trances o en sueños…lo que sí podemos imaginar es que el mundo antiguo encontraba muchas y diversas maneras de comunicarse con lo divino. Así, los sueños y las visiones son formas legítimas de expresar lo divino. ¿No consideraríamos hoy a estas experiencias religiosas como incorrectas o esotéricas?

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.