Levi y Qahat: el mesianismo sumo sacerdotal.

En mi blog no le he prestado suficiente
atención a un apócrifo judío muy relevante para entender el mesianismo
sacerdotal en el judaísmo del tiempo de Jesús. Se trata del Testamento de Levi. En este texto, Levi,
el hijo de Jacob, a través de una serie de visiones, sube a los cielos donde es
ungido como sumo sacerdote y donde se le promete una descendencia sacerdotal
legítima hasta cuando el mesías sumo sacerdote traiga a plenitud el final de
los tiempos. Entonces Levi prefigura a un mesías sumo sacerdote que parte del
pueblo de Israel esperaba junto al mesías real. Ahora bien, Levi no es el único
mesías sumo sacerdote que esperaban algunos judíos.  En el Documento
Arameo de Levi
se habla de otro personaje que tiene muchos paralelos con la
figura de Levi. Se trata de Qahat. Vamos por partes. El Documento Aremeo de Levi (DAL) fue escrito hacia el III o inicios
del II a.c. Siete copias fueron descubiertas en Qumrán, y fragmentos en el
documento del Cairo Geniza y en el monte Athos. De acuerdo a DAL 11,5-7 Qahat
nació en una fecha propicia de acuerdo al calendario solar: el primer día del
primer mes del año, cuando el sol despuntaba (Jesús también nace marcado por
acontecimientos cósmicos). El nombre que porta, Qahat, significa “asamblea” y
hace referencia a la misión que tiene que cumplir: “ser una asamblea para todo el pueblo y para que tenga por siempre el
sumo sacerdocio para Israel
” (11,5-6) (el nombre “Jesús” también implica
una misión). En el  fragmento encontrado
en el monte Athos se agrega una frase a estos últimos versículos: “y él (Qahat) y su descendencia será una
autoridad para los reyes, un sacerdocio para Israe
l”. Lo que resulta
interesante en esta frase es la relación que se establece entre los atributos
reales y sacerdotales, al modo del Sal 110 o del Testamento de Levi 11,6.

Otro documento relacionado con Qahat es el Testamento arameo de Qahat encontrado en
las cuevas del Qumran (4Q542). La preocupación en este documento es la trasmisión
de enseñanzas sacerdotales. Así, Qahat aconseja a sus descendientes: “Ateneos a 
las palabras de Jacob vuestro padre, y …a las prescripciones de Abrahán
y a la justicia de Levi y a la mía, y sed santos y puros de toda
[impureza]…ateniéndoos a la verdad…Y me daréis, hijos míos, un buen nombre, y
será gloria  para Leví y gozo para Jacob
y exultación para Isaac y honor para Abrahán, porque habréis guardado y llevado
la heredad que os dieron vuestros padres, la verdad, la justicia, la rectitud,
la perfección, la pureza, la santidad y el sacerdocio según todo lo que os
ordené y según todo lo que os enseñé…(
4Q542 Col.I 7-13). Por lo tanto, este
escrito está preocupado, al modo del Testamento de Levi o Jubileos, en
preservar unas enseñanzas sacerdotales que el grupo cree provienen de un pasado
remoto. Este pasado se remonta, pasando por Abrahán, a Noé. De nuevo en el DAL
vemos que Levi, habiendo sido revestido y ungido sumo sacerdote, es instruido
por Isaac: “Cuando nosotros aprendimos
que yo era sacerdote del Altísimo, el Señor de los cielos comenzó a instruirme
y a enseñarme la ley del sacerdocio
” (5,8). ¿De dónde provienen estas
enseñanzas? De acuerdo a las corrientes que estamos examinando (DAL 10,10),
como de Jub 21,10, del mismo Noé quien ofrece el primer sacrificio luego del
diluvio (Gn 8,20).  Y aquí conectamos
estas tradiciones con otras fuentes, lamentablemente fragmentarias, que hacen
de Noé una figura prominente, el segundo Adán, el primer sacerdote instruido
por los ángeles…. Para más detalles: Michael Stone, Ancient Judaism, New Visions and
Views, W.B. Eerdmans, Grand Rapids, 2011, p. 36-42.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.