La esencia incognoscible de Dios y sus poderes cognoscibles en Clemente de Alejandría

Filón de Alejandría  interpreta la oscuridad (γνóφος) donde Moisés encontró a Dios en el Ex 19 como el lugar de los pensamientos de Dios, una región donde no existen las formas materiales (De posteritate Caini  14-15; De mutatione nominum 7). El verdadero ser de Dios es invisible y está sobre todo lugar y tiempo. Él no puede ser visto ni conocido a no ser a través de su poderes (δυναμεις) que se extienden a través del universo. Su esencia (οúσíα) permanece desconocida.

Clemente de Alejandría, el primer padre que ocupa la exégesis de Filón de Alejandría, también interpreta la oscuridad de Dios como su inaccesibilidad, su incongnosibilidad y el que no pueda ser expresado en palabras. La naturaleza o esencia de Dios está más allá de todo conocimiento, y sólo es conocida a través de su Hijo que es su poder (Strom 5. 71.5) (p. 256). Efectivamente, el concepto divino es el de la inefabilidad que no se puede expresar (ἂρρητοζ). La influencia platónica en este punto es ineludible, como en la Rep. 509 b donde se habla de Dios como más allá del ser: ἐπέκεινα τῆζ οὐσίαζ. Al mismo tiempo Dios es nous y está sobre el nivel del nous. En Strom 4.162.5 dice: «por una parte, él es la mente, por otra, el es el primer principio del razonamiento y del juicio». En Strom 5.38.6 dice: «Y como el Señor esta sobre todo el mundo, sobre el mundo del pensamiento». Clemente de Alejandría escribe: «Y los hombre más excelentes entre los griegos no tenían un conocimiento directo de Dios, sino sólo indirecto. Pedro dijo en su predicación: «Sabed entonces, que Dios es uno; el que creo el inicio de todo y tiene autoridad sobre el final». Y es el «el invisible» (ὁ ἀόρατος) que ve todo, No Contenido (ἀχῴρητος) que contiene todo, que no necesita nada y de quien todos necesitan y a través de quien ellos tienen el ser; incomprensible (ἀκατάληπτος), eterno, incorruptible, no creado, quien creo todo a través del Logos de su poder (dynamis) que es su Hijo (Strom 6.39.1-3) (pag. 158). En ese sentido, así como el lenguaje está orientado a los sentidos, la mente es el medio a través del cual el hombre puede adorar a Dios en «silencio y santo temor» (Strom 7.2.3), en una especie de contemplación silenciosa. En Strom 5.17.1-2 señala: «Para detenerse y prestar atención a su propia ignorancia, es la primera lección en lo que concierne a caminar de acuerdo al Logos. Un hombre ignorante ha buscado, y habiendo buscado ha encontrado al maestro; y y habiendo encontrado ha creido; y habiendo creido tiene esperanza, y desde allí amor, y de tal forma se llega a asimilar a lo amado» (pag. 213). La inaccesibilidad de Dios también está presente en Justino, por ejemplo en su Dialogo con Trifón (60) se refiere a las teofonías del A.T. de la siguiente manera: «quien tenga la más pequeña de las inteligencias no se aventurará a decir que el Creador y Padre de todas las cosas, dejando todos los asuntos celestiales, fue visible en una pequeña porción de la tierra» (pag. 183). La via negativa del conocimiento de Dios se puede practicar a través del método de abstracción. «Abstraerse de las propiedades físicas del cuerpo, dejar afuera la dimensión de la profundidad, entonces la de la anchura, y luego la de la longitud. El punto que permanece es la unidad, la que de una manera, tiene una posición; desde esta abstracta posición, hay una concepción de unidad» (Strom 5,71,2) (pag 223).

Si bien Dios está más allá de todo conocimiento y entendimiento, su Hijo, el Logos, su Poder, es el medio a través del cual podemos conocer a Dios (nunca su esencia, sino sus manifestaciones o poderes). «Entonces, si abstralléndonos de todo lo que pertenece a los cuerpos y de las cosas que llamamos incorporeas, entonces nos arrojamos en la grandeza de Cristo, y desde allí avanzamos a la inmensidad a través de la Santidad, y alcanzamos de alguna manera la concepcción del Altísimo, no conociendo qué es Él, sin qué no es» (Strom 5.71.3) (pag 225). El conocimiento mismo se identifica con Cristo: «El Señor, entonces…es la Luz y el verdadero conocimiento» (Strom 6.2.4). Este conocimiento no ha de confundirse con el de los sentidos. «Yo nunca llamaré a aquel que deriva de las percepciones  conocimiento (Strom 6.3.1).La gnosis es el verdadero y real conocimiento  y se caracteriza por el juicio y la razón (Strom 6.3.2). El conocimiento espiritual y lógico tiene como base la fe. No puede haber conocimiento sin fe: «Si no tienes fe, no puedes entender» (Strom 1.8.2). La fe es superior al conocimiento racional y sus criterios (Strom 2,15.5). «El conocimiento es uno con la fe, y la fe uno con el conocimiento, a través de la mutua implicación que deriva de Dios» (Strom 2.16.2) (pag 210). Para Clemente el gnóstico, o verdadero cristiano (Strom 7.1.1) se caracteriza por poseer el conocimiento espiritual y el lógico. Este conocimiento que es la perfección de la fe (Strom 6.165.1) es la perfección del hombre como hombre (Strom 7.55.1) nos conduce a visión eterna o contemplación de Dios (Strom 7.56.5) (pag. 211).El Logos o Cristo, que unifica todo lo que existe, sí puede ser conocido y describido: «Y en lo que concierne a él puede haber conocimiento y opinión y percepción» (Parm. 155d-e). El conocimiento de Dios que es el objetivo del gnóstico, sólo se puede acceder a través del nous, y a través del divino maestro que viene en nuestro auxilio porque somos demasiados débiles por la aprehensión que tenemos a las realidades (Strom 5.7.8). La visión y el conocimiento de Dios que el alma del gnóstico recibe se purifica y se hace fuerte para contemplar cara a cara al Altísimo (Strom 7.68.4) (pag 229). «El conocimiento de Dios es inaccesible para los oidos u otros organos relacionados. Si del Hijo se dice que es el rostro del Padre, llegando a llevar la carne a través de los cinco sentidos, el Logos revela el carácter del Padre (Strom 5.33.6-34.1). Antes de la venida del Hijo, «el Señor Dios era innombrable porque no había llegado a ser hombre…el Logos es el rostro de Dios a traves de quien Dios es traído a la luz y es conocido» (Paed. 1.57.2) (pag. 229). El conocimiento de Dios a través del Hijo se realiza sobre todo a través de sus poderes. De hecho el Hijo es conocido como Logos o Poder de Dios. «El es la razón, todo los ojos, todda la luz del Padre, viendo todas las cosas, escuchando todas las cosas, conocimiendo todas las cosas, con poder buscando por todos los poderes (Strom 7.5.5). Los poderes son los pensamientos y las acciones de Dios: «Si tu maestro ha llenado el universo con poderes santos , la creación, la salvación, la beneficiencia, la justicia, la profesía, la enseñanza, este maestro ahora instruye en todas las cosas, y todo el mundo  ha llegado a ser en este tiempo Atenas y Grecia a través del Logos» (Protr 112.1) (pag 232). «Todos los poderes del Espíritu llegan a su plenitud junto, llegando a ser una y la misma realidad, el Hijo. Sin embargo, él no llega a ser totalmente definido por nuestra concepción de cada uno de sus poderes; él no es meramente Uno como una Unidad, no Muchos como teniendo partes, pero Uno siendo Todo. Porque él es el circulo de todos los poderes que en él lo rodean como una unidad (strom 4.156.1-2) (pag 232). En este punto, Clemente sigue a Filón para quien Dios no puede ser conocido en su esencia, pero la existencia de Dios puede ser conocida a través de sus poderes (De confusione LInguarum 135-138). Otra cosa será para Origenes, quien piensa que Dios sí puede ser conocido en su esencia: la salvación consistiría en el regreso del nous humano a su estado original y puro, y eso sería la contemplación de Dios.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.