La caída de los ángeles en el ApBaruc y en el Corán

Ya hemos visto en otras entradas el
mito que explica la caída de los ángeles respecto al favor de Dios: estos se
habían negado a adorar al hombre como imagen divina. Otro texto que señala esta
leyenda se encuentra en la versión eslava del Apocalipsis de Baruc. Dos son las versiones eslavas de este texto.
Una versión larga de procedencia serbia, croata y búlgara; y una breve de
procedencia rusa. Dos son los manuscritos donde encontramos la versión breve de
procedencia rusa: uno conocido con la sigla T del siglo XV que se encuentra en
el Museo Histórico de Moscú, y el otro, conocido con la sigla B de finales del
XVII que se encuentra en la Academia de Teología de Kiev.  En el T encontramos el siguiente fragmento: Y (Dios) ordenó a San Miguel que reuniera a
353 ángeles ara que plantaran el paraíso en el que iba a vivir Adán. Y trajo
San Miguel un olivo y lo plantó, y por eso San Miguel es llamado
misericordioso, y San Gabriel plantó un manzano, San Uriel un nogal, San Rafael
un membrillo, y Satanael una vid. Y todos los ángeles por orden plantaron el
paraíso, y luego (Dios) entregó al hombre el paraíso, y dijo a San Miguel: Toca
a formar para que reúnan los ángeles y se postren ante la obra de mis manos, a
la que creé. Y tocó a formar San Miguel a los ángeles, y se reunieron todos los
ángeles, y todos se postraron ante Adán por orden, pero Satanael no se postró y
dijo “Yo no me postraré ante el cieno y el barro”, y además dijo: “Instalaré mi
trono sobre las nubes y seré semejante al Altísimo”.  Por eso Dios le apartó de su rostro, junto
con sus ángeles, como dijo el profeta: “Fueron apartados de Su rostro todos los
que odian a Dios y a la gloria divina”.
Estas leyendas tienen una compleja y nada
clara historia textual. Vemos como en varias partes del Corán encontramos
referencias a ella. En la azora XV (aleyas 26/27 a 35/36) leemos: Acuérdate de cuando dijo tu Señor a los
ángeles: “Estoy creando a un ser humano a partir del barro, de la arcilla
moldeable; cuando lo haya concluido, insuflaré en él parte de mi espíritu.
¡Caed postrados ante él! Los ángeles se postraron todos juntos, excepto Iblis,
que no quiso estar con los que estaban postrados. Dios preguntó: “Iblis, ¿Qué
te ocurre que no estás con los postrados?” Respondió: “No estoy para postrarme
ante un ser humano que has creado de barro, de arcilla moldeable”. Dios
exclamó: “¡Sal de aquí! ¡Tú eres lapidable! ¡Caiga sobre ti la maldición hasta
el día del Juicio!”.
Otro ejemplo, entre varios, lo encontramos en las
aleyas 10/11 a 12/13 de la azora VII: Os
hemos creado; y luego os hemos dado forma; entonces dijimos a los ángeles:
“Postraros ante Adán”. Todos se postraron, a excepción de Iblis, que no estuvo
entre los que se postraban. Dios preguntó: “¿Qué ha impedido que te postraras
cuando te lo ordené?” Dijo: “Yo soy mejor que él. Me has creado de fuego y a él
lo has creado de barro”.  Dios dijo:
“¡Baja de aquí, pues no es lícito que te enorgullezcas aquí! ¡Sal! ¡Tú estás
entre los vilipendiados!”. 
Otros
ejemplos los encontramos en la azora XVII (61/63); XVIII 48/51; XX (115/116);
XXXVIII (71/78).  Las preguntas sobre la
historia textual de estas leyendas se mantienen. ¿Cómo se influyeron mutuamente
las tradiciones de origen hebreas, musulmanas y eslavas? ¿Cuál es el camino que
recorrieron y cómo se trasmitieron estas leyendas? Para más detalles: Salustio
Alvarado, Los apócrifos eslavos en
relación con la tradición islámica,
p. 31-43.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.