La adoración de un segundo dios en el judaísmo del tiempo de Jesús

La transformación de heroes veterotestamentarios en seres divinos (Henoc, Melquizedek, Abraham, Moisés) trae aparejada la cuestión si es que eran o no objeto de adoración en el tiempo de Jesús. Hoy en día la mayoría de los estudiosos niegan aquella posibilidad, y sólo la admiten como una originalidad cristiana en el caso de la transformación del justo Jesús a partir de su resurrección. A pesar de la divinisación de estos personajes, el monoteísmo judío de la época sólo admitiría la absoluta divinidad de Dios. Creo que hay matizar estas conclusiones. Por ejemplo, en Jubileos 40,7 , siguiendo Gn 41,42-43, nos dice que cuando José conduce el carro del Faraón, la gente lo aclama diciendo el wa abirer (Etiopie) que es una corrupción del original hebreo dios, dios, el altísmo de Dios. Algo similar vemos en la novela José y Asenet donde el altísimo de Dios God (3,4; 4,7; 18,lss.; 21,21), es introducido en la historia conduciendo el carro glorioso mientras las personas se postran a su paso (5,1-7, cf. Gen 41,43). En la versión larga de la misma obra los hermanos de José se postran delante de él y de su nueva esposa (22,5), quien, a su vez, se postra delante de Jacob a quien reconoce como dios (22,3. 8). Por último, y siguiendo con José y Asenet faraón se postra delante de Leví y lo bendice (29,6). La postración ante estos heroes implica el reconocimiento de la presencia divina. La humanidad de ellos se ha «angelificado» o «divinisado» lo que conlleva a la postración de aquellos que reconocen el cambio y quieren participar de algún modo en la trascendencia única del Dios de Israel. La manera en que esto atenta contra la sensibilidad monoteísta del Israel del siglo I es difícil de determinar. Lo que no cabe duda es la importancia del sacerdocio como background para entender en todo este proceso. En la versión latina de la Vida de Adán y Eva el primero es adorado por los ángeles cuando es creado por Dios. En este texto no sólo se manifiesta la naturaleza angelical de Adán (4:1-2), sino que al ser a imagen de Dios y de la forma del cuerpo divino (27,3) se encuentra sobre los ángeles. En el Ezekiel el Dramaturgo Moisés divinizado también recibe la postración de los ángeles cuando se sienta en el Trono de Dios (68-89). ¿Estamos frente a los vestigios de lo que pudo haber sido un culto a una segunda divinidad en los judaísmos del tiempo de Jesús? No lo sabemos. Lo que sí, es que estamos en el limite que pronto se cruzará cuando se predique de Jesús lo mismo que de Abraham, Enoc, y Moisés divinizados.

Para más detalles: Fletcher-Louis, All the Glory, p. 57-87.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.