Judas, ¿héroe o villano? (Ev. de Judas)

Desde que se publicó el Evangelio de Judas los especialistas han discutido acerca del rol que juega Judas, el protagonista de la obra. ¿Héroe o villano? La interpretación más temprana y que se popularizó a través de algunos documentales veía a Judas como el discípulo que entendió a Jesús y le ayudó para liberarse de su cuerpo mortal para volver al mundo espiritual.  Judas sería el paradigma del verdadero gnóstico. Así, por ejemplo, Judas es el destinatario de la revelación de Jesús: (Jesús) le dijo (a Judas): “Sepárate de ellos (los otros discípulos) y yo te contaré los misterios del reino” (35, 23-24). “He aquí que te he contado los misterios del reino y te he instruido [sobre el] error de las estrellas” (45,24-46,2).  Judas es poseedor de un conocimiento especial. Así, y al modo de la famosa confesión de Pedro en los sinópticos, Judas le dice a Jesús: Yo sé quién eres y de qué lugar has venido. Tú has venido del eón inmortal de Barbelo, y no soy digno de decir el nombre del que te envió (35, 15-20). A diferencia de los otros discípulos se mantiene erguido delante de Jesús: Y sus espíritus no pudieron osar mantenerse erguidos ante él, excepto Judas Iscariote. Él pudo permanecer erguido ante él(35,7-11). Aunque de difícil interpretación la promesa de Jesús en 46, 20-24 [55,10,11] puede ser indicativo del estatus superior de Judas: Llegarás a ser el decimotercero, y llegarás a ser maldecido por las otras generaciones, y llegarás a reinar sobre ellas. Consideremos también la frase que Jesús le dice en 56,17-20: Pero tú los excederás a todos, porque sacrificarás al hombre que me porta.
Otros autores no están de acuerdo con esta imagen idealizada de Judas en el documento. Y es que hay fragmentos donde salen a la luz las limitaciones de Judas y la ausencia de una promesa de salvación para el mismo. Por ejemplo, es verdad que Judas puede mantenerse erguido ante Jesús, pero inmediatamente se aclara que no pudo mirarlo a los ojos sino que giro su rostro (35,7-11). Jesús rechaza las pretensiones de Judas de querer participar en la salvación. “Tu estrella te ha engañado, oh, Judas” y continuó: “Ninguna progenie de ser humano mortal es digna de entrar en la casa que has visto, porque ese lugar está reservado para los santos, el lugar en el que ni el sol ni la luna ni el día reinarán (45, 13-21).  No obstante más adelante Judas recibe una revelación especial (47,2ss) y se dice que se le ha explicado todo: He aquí que todo te ha sido hecho (57,16).  Para estos autores, Judas no es el héroe gnóstico por antonomasia, pero sí se podría reconocer una evolución positiva del personaje (al modo de Pedro en los sinópticos). 

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.