Jesús es tentado en el desierto y aparece como el nuevo Adán

  El relato de las tentaciones de
Jesús en el desierto en Mc presenta a éste como el Hijo obediente (el nuevo
hombre) en contraste con Adán. El texto lee de la siguiente manera: “En seguida el espíritu lo empujó (εκβαλλει)
al desierto. Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado
por Satanás. Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le servían
(Mc 1,
12-13).  Recordemos que el primer hombre
fue expulsado del paraíso (Gn 3,24: και εξεβαλεν τον Αδαμ) donde vivía en
armonía con los animales; el mismo espíritu divino expulsa a Jesús al desierto
donde vencerá al demonio reconstruyendo la armonía perdida.
Como
sabemos los textos bíblicos están llenos de símbolos con significados
ambivalentes. Que Jesús sea empujado al desierto implica el viaje de Abraham
acompañado por un ángel hasta el monte Horeb (ApAb 12,1-3); un lugar habitado
por demonios y bestias (2Bar 10,8); como el lugar donde se producirá la batalla
definitiva entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas (1QS VIII,
12-15); es el lugar de la prueba y tentación (Jub 17,17); es el lugar donde
Dios protege de manera especial a sus hijos (TgPsJ Dt 31,10). Es en este
ambiente donde Jesús es tentado y vence al demonio. Como hemos dicho, a través
de esta victoria Jesús restablece la convivencia fundamental con las fieras que
por el pecado de Adán se había perdido. Como dice Mc 1, 13, Jesús vivía con las fieras. Este es un motivo presente en las
promesas proféticas como en Os 2,20: Yo estableceré para ellos, en aquel día una
alianza con los animales del campo, con las aves del cielo y los reptiles de la
tierra; extirparé del país el arco, la espada y la guerra, y haré que descansen
seguros
) (Ver
también: Is 11, 2.6-8; Ez 34,25). En la literatura apócrifa es un motivo muy
importante: Jub 3, 28-29; Vida latina de Adán y Eva 37-39; Vida Griega de Adán
y Eva 24; TestNeftalí 8, 4.6; 2Baruc 73, 6: [En
el tiempo del Mesías] vendrán las bestias del bosque a servir a los hombres;
serpientes y dragones saldrán de sus cuevas y se someterán a un niño”;
TestBenjamín
5,2: Si obráis el bien, incluso los
espíritus inmundos se apartarán de vosotros y las fieras mismas os temerán;
TestIsacar
7,7: Haced lo mismo, hijos míos, y el
espíritu de Belial huirá de vosotros, y ninguna obra malvada se enseñoreará de
vosotros. Dominaréis a las fieras salvajes, teniendo con vosotros al Dios del
Cielo.
Esta
condición adámica reconstruida se manifiesta también cuando los ángeles del
cielo le sirven. Recordemos que de acuerdo a algunas fuentes apócrifas el mal
se genera a raíz de la envidia que sintieron los ángeles ante la creación del
hombre. Esto está detrás del texto de Sab 2,13-24; ARN A 1,10; Vida latina de
Adán y Eva 12-17; Pirqué de-Rabbí Eliezer 
13,1-2: Decían los ángeles
servidores ante el Santo, bendito sea: “Señor de todos los mundos, ¿qué es
el hombre para que te fijes en él? (Sal 144,3), 
es como un soplo (Sal 144,4), nada se le compara en el polvo (Job
41,25)”
Él les respondía: “Así como vosotros me alabáis en las alturas, él
proclama mi unidad en la tierra. Y además, ¿podéis vosotros imponer los nombres
a todas las criaturas?” Se pusieron, pero no pudieron. Inmediatamente Adán se
puso e impuso los nombres a todas las criaturas, según está dicho: El hombre
impuso nombres a todos los animales (Gn 2,20).
La
tipología de Jesús como el nuevo Adán es muy importante en el N.T. En Pablo es
un motivo fundamental: Rom 5,12-21; 1Cor 15,22. 45-49. En el Ap 20, 1-3.10
Sátanas, identificado con la serpiente, es atado y arrojado a los abismos por
un ángel, y así Jesús emerge victorioso a través de la obediencia como el segundo
Adán. Para más detalles:  M. Peréz
Fernández, Textos Fuente y Contextuales
de la Narrativa Evangélica,
p.179-204.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.