Filón de Alejandría sobre la Pascua

Filón describe la fiesta de la Pascua en De
Spec. Leg. II, 144-175.  La fiesta
celebra la liberación de Egipto bajo la protección de Dios de la esclavitud de
Egipto: La fiesta es una recordación y
una acción de gracias por el gran éxodo que emprendieron desde Egipto más de
dos millones de hombres y mujeres conjuntamente, acatando los oráculos
revelados. Pues bien, en esta ocasión habían dejado atrás un país saturado de
inhumanidad e inclinado a expulsar extranjeros, y, lo que es más penoso, a
asignar honores Divinos a animales irracionales, no solo domésticos sino
también salvajes. Y tan grande era la alegría que los dominaba, que nada tiene
de extraño que, movidos por un indecible entusiasmo y uña apremiante premura,
llevaran a cabo ellos personalmente los sacrificios, sin aguardar a los
sacerdotes. Lo que entonces se hizo bajo el influjo de una espontánea e
instintiva emoción, la ley permitió que se hiciera una vez cada año, para
recordarnos la obligación de la acción de gracias. Estos son los hechos tal
como los narra la historia de los antiguos tiempos
(De Spec Leg. II, 146).
Como es usual el autor le adjudica a esta celebración un significado alegórico.
Mas, para aquellos que acostumbran a
hallar el sentido alegórico detrás de la expresión literal, la fiesta de la
travesía alude a la purificación del alma. Dicen, en efecto, que el que ama la
sabiduría no se ocupa de otra cosa sino del tránsito desde el cuerpo y sus
pasiones, cada una de las cuales lo sumerge, a manera de un torrentoso río, a
menos que no frene y controle su impulso mediante las doctrinas tocantes a la
virtud
(De Spec Leg II, 147). En otra parte dice: Pero, también Moisés de los sacrificadores de la Pascua, a los que
habían sacrificado primero los alaba sobremanera, porque tras haber emprendido
la travesía .desde las pasiones de Egipto perseveraron en esa travesía y ya no
tendieron hacia ellas; en tanto que a los que
habían
sacrificado en segundo término los juzga merecedores del segundo lugar, (Nm
9,6ss) por cuanto, después de haberse alejado de aquéllas retornaron por el
mismo camino, y, como si se hubieran olvidado de sus deberes, de nuevo se
lanzaron a. hacer lo mismo, mientras los primeros habían perseverado sin
volverse atrás. Por lo tanto, Manases, el que sale del olvido». corresponde a
los que sacrificaron la Pascua en segundo término; Efraín, el fructífero, a los
que lo hicieron en primer término
(Leg
All III, 94). Un último ejemplo: Además
de liberarlos, Moisés exhorta a los israelitas a abandonar con grande  energía a la que lleva el nombre de madre de
todas las cosas monstruosas, y no
tardíamente
y de manera lenta sino con rapidez suma. Díceles, en efecto, ardorosamente
que es
preciso sacrificar la pascua, (Ex 12, 11.21) término que significa
«travesía», para que la inteligencia con ánimo resuelto y firme
disposición realice sin volverse atrás el tránsito
desde las
pasiones y dé gracias a Dios, su salvador, que la ha rescatado conduciéndola a 
una libertad
que le estaba vedada
(De Mig Abr 25).

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.