El poder del Nombre de Jesús en los evangelios

La eficacia del Nombre de Jesús en el primer cristianismo está ligada al poder de éste y a su asociación con el Nombre de Dios (YHWH). El ejemplo más antiguo lo tenemos en el himno que cita Pablo en su carta a los Filipenses:

Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo,

y dióle un nombre que es sobre todo nombre;

Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla

de los que están en los cielos,

y de los que en la tierra,

y de los que debajo de la tierra;

Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,

á la gloria de Dios Padre
(Flp 2,9-11).

Pero encontramos también otros numerosos ejemplos en la literatura paulina o deuteropaulina: “Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rm 6,11); La cual obró en Cristo, resucitándole de los muertos, y colocándole á su diestra en los cielos, Sobre todo principado, y potestad, y potencia, y señorío, y todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, mas aun en el venidero: Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y diólo por cabeza sobre todas las cosas á la iglesia” (Ef 1,15-23).

En Mateo: Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre; mas el que soportare hasta el fin, éste será salvo (Mt 10,22); Y cualquiera que recibiere á un tal niño en mi nombre, á mí recibe (Mt 18,5); Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos (Mt 18,20); Y cualquiera que dejare casas, ó hermanos, ó hermanas, ó padre, ó madre, ó mujer, ó hijos, ó tierras, por mi nombre, recibirá cien veces tanto, y heredará la vida eterna (Mt 19,29).

En Juan: Mas á todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre (Jn 1,12); Y estando en Jerusalén en la Pascua, en el día de la fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía (Jn 2,23); El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Jn 3,18); Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís: si otro viniere en su propio nombre, á aquél recibiréis. ¿Cómo podéis vosotros creer, pues tomáis la gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que de sólo Dios viene? (Jn 5,43-44); Respondióles Jesús: Os lo he dicho, y no creéis: las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí (Jn 10,25); Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez (12,28); Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Jn 14,12-13); No me elegisteis vosotros á mí, mas yo os elegí á vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé (Jn 15,16); Y aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido… Aquel día pediréis en mi nombre: y no os digo, que yo rogaré al Padre por vosotros (Jn 16, 23-24.26); He manifestado tu nombre á los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra (Jn 17,6); Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo á ti vengo. Padre santo, á los que me has dado, guárdalos por tu nombre, para que sean una cosa, como también nosotros (Jn 17,11); Y yo les he manifestado tu nombre, y manifestaré lo aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos (17,26); Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre (Jn 20,31).

En Hechos: Y será que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo…. Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que á éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo… Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo (Hch 2,14-38); Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni oro; mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda (Hch 3,6); Y en la fe de su nombre, á éste que vosotros veis y conocéis, ha confirmado su nombre: y la fe que por él es, ha dado á éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros (Hch 3,16); Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos (Hch 4,12); Todavía, porque no se divulgue más por el pueblo, amenacémoslos, que no hablen de aquí adelante á hombre alguno en este nombre. Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús (Hch 4, 17-18); que extiendas tu mano á que sanidades, y milagros, y prodigios sean hechos por el nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch4,30); Diciendo: ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? y he aquí, habéis llenado á Jerusalem de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre (Hch 5,28); ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre (Hch 5,41); Mas cuando creyeron á Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres (Hch 8,12); Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre. Y le dijo el Señor: Ve: porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel: Porque yo le mostraré cuánto le sea menester que padezca por mi nombre (Hch 9,13-16); Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalem á los que invocaban este nombre, y á eso vino acá, para llevarlos presos á los príncipes de los sacerdotes? (Hch 9,21).

Otros: ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fué invocado sobre vosotros? (Stgo 2,7); ¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame á los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor (Stgo 5,14); Hecho tanto más excelente que los ángeles, cuanto alcanzó por herencia más excelente nombre que ellos (Heb 1,2-4); Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno entendía sino él mismo. Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL Logos DE DIOS…. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES (Ap 19,11-16).

Textos no canónicos: Didaje (10,1); Evangelio de Tomás (13); EvFel (54,5-8); EvVerdad (38,7-40,29); AsIs (8,7; 9,5); Odas de Salomón (39, 7-8; 42,20); HchTom (27;163).

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.