El Mesías ben José en el Gn.

Ya hemos introducido en otra entrada el tema que nos tendrá ocupados las siguientes semanas: el Mesías ben José. El origen del Mesías ben José está en el Pentateuco. En Gn 3, 15 en el contexto de la maldición divina en contra la mujer y la serpiente leemos: pongo enemistad 

entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya: ella te herirá la cabeza cuando tú hieras su talón. La descendencia de la mujer, en contra de lo que el sentido común nos dice, se refiere a un hombre singular. Cuando éste destruya a la serpiente, que ha subyugado a la humanidad, va a restaurar el dominio humano. Este proceso, sin embargo, no resultará inmune para el descendiente de Eva. El TJ se refiere a esta misma promesa cuando dice: Sin embargo habrá una medicina para los hijos de la mujer, pero para tí, serpiente, no habrá medicina. Habrá medicina para que aquellos que sanarán en los días del Rey Mesías (idem en Gal 3, 16; 4,4). El siguiente paso es identificar a este descendiente de Eva. En la bendición de Jacob, este le promete a su hijo amado José, el justo por antonomasia, aquel que caminó inocentemente entre la tentación de adulterio, idolatria y codicia; aquel que fue victima de la envidia de sus hermanos y llegó a convertirse en el visir de Egipto. José es llamado el primogénito cuando Ruben ha caido en desgracia y Raquel se apresura a que las bendiciones de la premogenitura recaiga sobre su hijo. A él se le dan esplendidos vestidos y autoridad sobre sus hermanos (Gn 37, 2; 3,14). Se le llama nezir o principe que es puesto aparte de sus hermanos (Gn 49, 26) y recibe por su premogenitura más que sus hermanos (Gn 48,22):

No se apartará de Judá el cetro
   ni el bastón de mando
   de entre sus rodillas,
   hasta que le traigan tributo
   y le rindan homenaje los pueblo (Gn 49, 10).

La bendición a José es, comparativamente, más larga que la de los demás hermanos (Gn 49, 22-26):

JOSÉ es un potro salvaje, un potro junto a la fuente, asnos salvajes junto al muro.
  Los arqueros los irritan,   los desafían y los atacan.
  Pero el arco se les queda rígido y les tiemblan manos y brazos
   ante el Campeón de Jacob,  por el nombre del Pastor y Piedra de Israel.
  El Dios de tu padre te auxilia, el Todopoderoso te bendice:
   bendiciones que bajan del cielo, bendiciones del océano,acostado en lo hondo,
   bendiciones de vientres y ubres, bendiciones de espigas abundantes, bendiciones de montañas antiguas,
   ambición de colinas perdurables,bajen sobre la cabeza de José, coronen al elegido
entre sus hermanos.

La promesa tiene relación, entonces, con un futuro héroe que conocerá el sufrimiento y la exaltación, y a través de este movimiento traerá la salvación a Israel. Ahora bien, ¿de quién se trata?

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.