El Mesías ben José en el Apocalipsis de los animales (1Enoc 89)

El capt. 89 del Ap. de los Animales se desarrolla desde la historia de Noé a la del pueblo de Israel. Las naciones extrangeras, simbolizadas por varias bestias, atacan al rebaño de ovejas que es Israel. Entonces en el capt. 90 un buey blanco nace, 38 Vi que se transmutaban las especies y se convertían todas en toros blancos y el primero era entre ellos un órix [q.ue es un animal grande} con grandes cuernos negros en la cabeza, y el dueño de las ovejas se alegró por él y por todos los toros. 39 Y yo me dormí entre ellos, me desperté y vi todo. El buey blanco representa al Mesías y los animales se van haciendo a semejanza de éste. Ahora bien, si lo pequeño (los animales) se hacen a semejanza de lo grande, lo grande se hace más grande aún. Esto explica que se convierta en un orix, un buey salvaje de grandes cuernos, símbolo de ben José. Los grandes cuernos negros son distintivos de estos animales fuertes y salvajes. El Mesías ha nacido. Su representación como un buey implica que su linaje es de José, de Efraim, y de Josue. Su blancura es signo de su ser justo (Is 1,18; Salm 51,7), sus cuernos largos representan su majestad y poder; el homenaje que le hacen las aves y bestias es la aclamación entre las naciones del mundo. Sin embargo, semejante buey está destinado a morir porque es el primogénito. ¿Por qué es el primogénito? Porque se le llama el primero de entre los que se transforman. Su muerte sacrificial no es descrita, pero sí son los resultados de ella. El primero es que toda la humanidad será transformada en la imagen de su Mesías; el segundo, es que el mismo Mesías es transformado como el shor de Dt 33,17, como el inocente José desde su estao servil a uno se soberanía y poder.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.