El estudio de la Torah por las noches en el Zohar

De acuerdo a la Zohar, el estudio de la Torá por la noche explica el significado de Gn 2,10 (Un río emanaba del Edén para regar el Jardín). R. Hizkiyah respondió: Por lo tanto, hemos aprendido: Cada medianoche, cuando el Santo, Bendito Sea, aparece en el Jardín del Edén, todas las plantas del Jardín, son regadas profusamente por la fuente llamada fuente de la Antigüedad, fuente de las Delicias, que nunca cesa. Si uno se levanta y se dedica a la Torá, entonces esta fuente, emana sobre su cabeza, como si fuera, saturándolo entre las plantas del Jardín del Edén (Zohar 1, 92b).  En otro texto leemos: “Levantad vuestras manos hacia el santuario y bendecid  a YHVH…” ¿Cuál es este santuario? Es el lugar sobrenatural desde el cual fluye la fuente de profundas aguas, como está escrito: “Un río emanaba del Edén para regar el Jardín”. El Edén  es llamado el santuario sobrenatural, de allí: “Levantad vuestras manos hacia el santuario”.  


¿Qué podemos proclamar de la persona que hace esto y de sus meritos?


“Que YHVH  te bendiga desde Zion (Salm 128,5). Tu bendices al Santo bendito sea desde el lugar llamado santuario sobrenatural, y Él te bendecirá desde el lugar llamado Zión, de tal modo que tu y Matronita seréis bendecidos como si fueráis uno (Zohar 3,13ª). 

Ya hemos visto que el Jardín es el aspecto femenino de Dios, la sefirot décima, la Malkhut, o Shekhinah,  que recibe el aspecto masculino de Dios al modo de esperma que se derrama en su interior.  En ese sentido el Jardín, como una mujer, nos lleva al Cantar de los cantares: “Huerto cerrado eres, mi hermana, esposa mía; Fuente cerrada, fuente sellada” (4,12). El amante describe el cuerpo de su amada como un jardín de delicias donde éste entra: “YO vine á mi huerto, oh hermana, esposa mía: Cogido he mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido” (5,1). Ahora bien, la unión del rabino con la Shekina hace que éste también sea regado por la fuente masculina que emana del Edén. Esto implica una experiencia que se podría definir como de la ampliación de la conciencia. En el zohar se interpreta el Sal 42,1 (“COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía”) como el deseo del alma humana (o la asamblea de Israel) por Dios. En otro texto leemos: La luz del alma se va a intensificar a través del resplandeciente especulum, para brillar vitalmente con el cuerpo, como está escrito, “Tu vas a ser como un jardín regado” (Is 58,11).  ¿Qué significa esto? Que las aguas sobrenaturales nunca cesan de fluir, fluyen por toda la eternidad; este jardín, regado por estas fuentes, se encuentra satisfecho constantemente (Zohar 1,141ª).  A esta continuidad los rabinos la llaman el mundo venidero e implica la unión erótica entre la sefirot Hokhmah con la sefirot Binah.

Por último, es hermoso constatar que cuando el místico de la Zohar contemplaba la milkiway en una noche estrellada, lo que observaba era esta fuente o fluido seminal que corría para regar al jardín y derramar la luz sobre los rabinos. Así interpretaban Dn 12,3: “Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan á justicia la multitud, como las estrellas á perpetua eternidad”. En este sentido también interpretaban el Sal 19,2: “LOS cielos cuentan la gloria de Dios”. El cielo es la fuente del bien. Y este es el rio que emana del Edén, y desciende y trae consigo la luz sobrenatural que brilla  y resplandece por todos los lados; y este cielo desciende en una corriente de amor y deseos que desborda porciones de deleites cuando comienza el Sabbath (Zohar 2,136b). Para más detalles: Melila Hellner-Eshed, A River Flows From Eden, p.229-251.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.