El estudio de la Tora, la práctica de la Tora y otros conceptos rabínicos

En en el tratado Sota (21-22) vemos una extraña
secuencia de «héroes» que se van sucediendo.
Al inicio la cuestión versa sobre el adulterio de la mujer, y cómo el
agua la pone a prueba,  y luego sobre el hombre que alcanza la sabiduría
y luego a distintos tipos de personas que destruyen el mundo. ¿Hay algún hilo conductor? El
pensamiento principal versa sobre la ambigüedad de varios conceptos:
Tora y mandamiento, sabiduría y viveza, fariseos y aquellos que se
niegan a sí mismos. Todos estos conceptos son cercanos, ambiguos,
ambivalentes. Cada uno engendra una escala de valores distintos pero que
están muy cercanos unos de otros y que no se pueden distinguir a las
claras.

Gemara 21 a: «Existen méritos que posponen el castigo por tres años. ¿Qué méritos? Si dices: «ocuparse de la Tora», entonces las mujeres no  tienen esta responsabilidad. Si dices:»cumplir los mandamientos», ¿acaso ese merito te defiende del castigo?

Aquí se plantea el problema principal, el ocuparse de la tora te
puede posponer el castigo por una falta, pero no en el caso de la mujer,
quien no tiene la obligación de estudiar la tora. Sin embargo, aun sin
estudiarla, la mujer puede cumplir los mandamientos. Entonces surge la
pregunta, ¿acaso el cumplir el mandamiento es mérito suficiente para posponer el castigo? De
ser así, cual es la diferencia entre «estudiar la tora» y «cumplirla».
Para ver este problema el pensamiento rabínico plantea otra distinción,
 mandamiento y tora. 

Rabi Menajem parafraseo la escritura: «Porque el mandamiento es lámpara y la tora es luz»
(Prov , 623) y dijo: La escritura asimiló el mandamiento con la vela y
la tora con la luz del sol, para que supiesen que tal como la vela
ilumina mientras arde, así el mandamiento nos defiende mientras lo
cumplimos; tal como el sol ilumina mientras el mundo existe, así y la
Tora nos defiende mientras el mundo exista. La escritura también dice: «cuando camines, te guiará; a medianoche, te guardará; cuando despiertes, hablará contigo (6,22).
«Cuando camines, te guiara», en este mundo. «A medianoche, te guardará»,
en tu tumba; «cuando  despiertes, hablará contigo», en el mundo
venidero.

Cuando uno cumple los mandamientos y estudia la tora ya no le teme a
la muerte, además la tora te va señalando el camino a seguir (lo que
define la identidad Judía, el camino de regreso al jardín del Edén) y es
tu compañera cuando despiertes en el mundo venidero. Aun así la
diferencia entre el estudio de la Tora y el cumplir los mandamientos
sigue siendo no muy clara. Es ambigua. En la situación concreta
de cada persona estas dos escalas pueden o bien divergir o bien
coincidir en un objetivo, dependiendo de la posición, actitud,
relaciones y entendimiento de la persona.  Al mismo tiempo ambos
conceptos se relacionan con dos tipos de prácticas: los que estudian la
tora y los que además de estudiarla la practican o simplemente la
practican sin estudiarla. Así, tenemos tres posibilidades: el acento en
el estudio, acento en la práctica, y la armonía entre estas dos
posibilidades. 

Una parábola sobre un hombre que  caminaba en la oscuridad
durante la noche que asustaba con sus truenos, sus vegetaciones adusta,
sus guaridas de  lobos como pozos,
 ademas de animales salvajes y bandidos, y
no conocía el camino. Y se encontró con una antorcha ardiente que los
salvo de los truenos, de la vegetación adusta y de las guaridas de lobos
como pozos. Sin embargo los animales salvajes y los bandidos todavía le
asustaban y el no conocía su camino. Entonces cuando despunto el alba,
el se salvo de los animales salvajes y de los bandidos, pero el
hombre todavía no conocía el camino. Entonces cuando salio al camino se
salvo de cualquier peligro. 
Otro relato, el pecado puede extinguir la vela del mandamiento, pero no puede extinguir la luz de la tora. Como esta escrito : «las aguas torrenciales

no podrán apagar el amor» (Cant 8,7). ¿Qué dice respecto al
mandamiento? En el momento cuando cumples el mandamiento, este te salva y
te defiende. En el momento cuando no lo cumples, defender te defiende,
pero salvar, no te salva. ¿Qué dice respecto a la Tora? Cuando estudias
la tora y cuando no la estudias, ella te salva y te defiende.


Existen dos perspectivas hablando del estudio y la práctica de la Tora,
se puede pecar debido al estudio de ella o se puede confluir en el
estudio y la práctica. «Cuando salio al camino, se salvo de cualquier peligro»- ¿qué quiere decir esta frase? Rabi Jisda dice, El asunto versa sobre un hombre que alcanzó la sabiduría y llego al día de su  muerte. Rabi Najman b Ixjak dijo, El asunto versa  sobre una persona que alcanzó la sabiduría y temía pecar. Mar Zutra dijo, Esto es cuando la sabiduría del estudio conduce a la persona al camino de la Tora.  El estudio de la Tora es el desarrollo de las
capacidades intelectuales de la persona. Pero en sí mismo las
capacidades intelectuales no son la Tora, el desarrollo del intelecto se
puede fortalecer en cualquier actividad. Desde otro punto de vista el
practicar la tora se puede hacer con independencia incluso del conocimiento de esta. 

Rava argumentó con un contrario:

¿Y es que Doeg y Agitofel (aquellos justos que aconsejaban mal a David) no estudiaban la Tora? ¿Por que la Tora no los defendía? Por eso Rava decía, De
verdad, el estudio de la Tora pospone el castigo. Tu puedes decir que
una mujer no esta obligada a estudiar la tora. Bien, por ejemplo, en el
caso que no exista tal mandamiento, cuando ella espera a su marido que
esta estudiando la tora, y cuando permite a sus hijos estudiar la tora y
la mishna, ¿acaso ella no comparte la recompensa del marido y de los
hijos? 

La distinción entre la Tora
y los mandamientos es muy fina y se define en la realización total de
la Tora cuando el hombre realiza la tora (práctica) y la estudia dejando
fuera la exaltación del ego o del narcisismo espiritual. El estudio de
la Tora o su práctica no sirven de nada si es que están al servicio del
narcisismo espiritual. Solo convergerán de verdad, a través de esta fina
frontera, si prescinden del narcisismo espiritual. Tal es la
advertencia rabínica en relación a los fariseos. Los fariseos en costras, esto es, cuando sus rodillas
tienen de manera continua costras ya sea que de manera continua se
tropieza en su afán de mostrar que hasta su forma de andar  es testigo
de un especial temor de Dios. 
Un fariseo, «si este es  mi deber, lo cumplo». Y es que acaso no es suficiente? Si, pero este fariseo dice, «si este es todavía mi deber, lo cumplo» como si ya hubiese cumplido todos los mandamientos.


El
problema está en que es muy difícil distinguir cuando una persona está
estudiando la tora de forma altruista o no. La ambigüedad de nuevo está
presente en el mismo ejemplo, porque si bien los fariseos son criticados
como narcisistas, los mismos autores de este tratado se reconocen como
descendientes de los fariseos. Y es que el pensamiento judío siempre es
dialéctico, nunca reconoce verdades absolutas (salvo cuando la comunidad
se pone de acuerdo sobre algo…y nunca planteando dogmas), y reconoce
de manera cruda las ambivalencias judía en este camino de regreso al
Edén. Un último ejemplo, es la sutil diferencia entre el sabio y «vivo»
(en el sentido de listillo). 
Dice Ben Azai:
» El hombre está obligado a enseñar a su hija la Tora…» Rabi Elizer
dice: «Cualquiera que le enseñe la Tora a su hija, le está enseñando
cosas licenciosas». «¿De verdad tu piensas que le está enseñando a su
hija cosas licenciosas? En Absoluto! Como si le enseñara
cosas licenciosas». Dijo R. Abbagu: «¿Sobre qué se apoya Rabi Elizer?
Está escrito: Yo, la sabiduría, la vecina de la viveza» (Prov 8,12).
Cuando la sabiduría se apacienta en el hombre, se apacienta en él la
viveza».  
Y él también decía: «el
tonto del justo, el vivo del malandrín…» ¿Quién es el justo tonto?
Este es el que viendo a una mujer, entrampada en un río, dice: «Si yo la
salvo, quiera o no quiera la contemplaré, y esto es inadecuado»

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.