Adjuraciones y fórmulas mágicas en el temprano misticismo Judío

Una de las claves interpretativas de las
experiencias religiosas es la necesidad del ser humano  de acceder a un poder especial (conocimiento a
través de revelaciones, milagros) que le permitan sobrevenir la impotencia ante
fuerzas que le son superiores (la muerte, la enfermedad, los problemas de la
vida).  En la temprana mística cristiana
y judía encontramos varios ejemplos en las adjuraciones,
fórmulas a través de las cuales el hombre trata de acceder a la dimensión
de la divinidad para poder manipular sus fuerzas en su beneficio. Los papiros griegos mágicos es una colección
heterogénea de textos encontrados en Egipto 
(II a.c. al V d.c.) que contienen una serie de rituales destinados a
obtener revelaciones de los dioses o los demonios  a través de visiones, sueños, o adivinaciones,
todos destinados a obtener un poder especial para sanar a la persona de
enfermedades, poder obtener el amor deseado, poder ascender a los cielos,
etc.  En estos papiros, un aspecto ritual
que se repite, es la utilización de los nombres divinos al modo de una
encantación y la utilización de palabras 
compuestas por letras incomprensibles (voces mysticae), para luego de la petición  despedir a los dioses para que puedan regresar
al lugar donde pertenecen. También es característico de estos papiros encontrar
un sincretismo religioso en donde una divinidad asume los nombres y atributos
de otras divinidades subordinadas.
Además de los papiros
griegos mágicos
otro texto notable 
es el Sefer ha-Razim (III o IV
d.c), escrito en Palestina o Egipto, contiene adjuraciones para recibir
revelaciones o poderes de los ángeles del sol, la luna, o el mismo Dios Sol, o
poderes para dañar a los enemigos, influir en otras personas, o para ser amados
por alguien.  En estos escritos judíos el
sincretismo es notable y también  las divinidades
asumen nombres y atributos de otras. Por ejemplo, Santo Sol que te levantas en el este, buen marinero, líder confiables
de los rayos del sol, testigo confiable, que desde tiempo inmemorial has
establecido las poderosas ruedas de los cielos, ordenador santo, gobernador del
eje del cielo, Señor, líder brillante, Rey, Soldado
(Sepher ha- Razim
71).  Es interesante constatar cómo el
lenguaje que bien puede dirigirse al Dios de Israel es empleado para hablar con
el Sol. Yo te adjuro por los ángeles que vuelan
a través del aire del firmamento,  por
aquel que ve y no es visto, por el rey que revela todas las cosas y contempla
todos los misterios, por Dios que conoce qué está en la obscuridad
(Sepher
ha- Razim 4,47-49).  En estas
adjuraciones se interpela al ángel a descender a la tierra e influir en la
mente del sujeto.
Un último ejemplo lo tenemos en la literatura de
Hejalot donde el objetivo tiende más bien a la obtención de la sabiduría, los
secretos divinos y la Torá. De nuevo, en esta literatura el nombre de los
ángeles juega un papel muy importante, y los atributos divinos se suelen
confundir con sus servidores, especialmente con Metatrón.  Por ejemplo, a Metatrón se le llama Dios del cielo y la tierra en el
siguiente texto: Y él me adjuro por el
Gran Sello y por el Gran Juramento de Zeuri´el. Señor Dios de Israel, y éste es
Metatrón, Señor Dios de Israel. Dios de los cielos y Dios de la tierra, Dios de
los dioses. Dios del océano, Dios de la tierra seca
(Synopse 279).  Otro aspecto que distingue a las adjuraciones
presentes en las Hejalot, como en los Sepher ha-Razim y los papiros griegos
mágicos, es la necesidad del estado de purificación por parte del
adjurador  a través de una serie de ritos
como abstinencia de ciertos alimentos, ayunos, abstinencia sexual , inmersión
en agua, etc. Para más detalles:
Rebecca Lesses, “Speaking with Angels: Jewish and Greco-Egyptian Revelatory
Adjurations, HTR 89 (1996) 1, p.
41-60.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.