Alianza: Noé como justo

La primera vez que aparece la palabra berit en el A.T. es en Gn 6,18 haciendo referencia a la alianza con Noé. En Gn 6,5 leemos Al ver el Señor que en la tierra crecía la maldad del hombre y que toda su actitud era siempre perversa. Más adelante encontramos, Gn 6, 11-13: La tierra estaba corrompida ante Dios y llena de crímenes. Dios vio la tierra corrompida, porque todos los vivientes de la tierra se habían corrompido en su proceder. Y Dios dijo a Noé:   —Veo que todo lo que vive tiene que terminar, porque por su culpa la tierra está llena de crímenes; los voy a exterminar con la tierra. La corrupción de la tierra implica que una situación originalmente bella y buena se ha arruinado. El responsable es el hombre: se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón.
  Y dijo el Señor:  —Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado; al hombre con los cuadrúpedos, reptiles y aves, porque me arrepiento de haberlos hecho. El diluvio, entonces, se manifiesta como un juicio divino en respuesta del corazón humano que se ha desviado y corrumpido. Sin embargo, y en contraposición a sus contemporaneos, Noé aparece como un hombre justo y contaba con el favor divino, Pero Noé alcanzó el favor del Señor.Noé fue en su época un hombre recto y honrado, y trataba con Dios, (Gn 6,8-9). La justicia de Noé implica que se relacionaba con Dios y con los hombres con lealtad y fe. La expresión heqim berit en Gn 6,6.9, y como veíamos en otra entrada, indica que Dios no está iniciando una nueva relación o alianza con Noé, sino más bien, está profundizando una anterior, una que tenía que ver con el cuidado de la creación de parte de los hombres, más específicamente con las bendiciones y mandamientos que lo había unido con Adán, Eva y sus descendientes. Es sabido los paralelos que se encuentran entre el relato de la creación y el diluvio: la nueva creación surge desde el caos dominado por las aguas (Gn 1,2; 8,1) donde Dios hace aparecer un viento que las retira dando paso a la tierra firme. El relato del diluvio es el preámbulo de la nueva creación. Luego, en el segundo día, tal como en un inicio Dios dividió las aguas (Gn 1,6-7), volverá a juntarlas restableciendo los límites entre el cielo y la tierra. En una tercera fase o día, tal como Dios había separado la tierra y definido la que podía ser arable (Gn 1,9; 8,3-5). En la cuarta etapa el cielo vuelve a acoger a las aves (Gn 1,20-23; 8,6-12). En la quinta, las creaturas del cielo y la tierra son llamadas desde el arca tal como Dios las había llamado en la creación (Gn 1, 24-25; 8,17-19). En la sexta, hace su aparición el nucleo familiar, como imagen de Dios (Gn 1, 26-28; 8, 16.18; 9, 6). En la séptima etapa el Rey celestial bendice a la humanidad, los alimenta con los frutos de la tierra restaurada, y renueva el mandamiento que hace de los hombres los señores de la creación (Gn 1,28; 9,1-2). En todo este contexto, Noé aparece como el nuevo Adán. La bendición y el mandamiento que le es dado a Noé es el mismo que recibió en su momento Adán (Gn 9,1; 1,28).  En Gn 9, 1-7 se le dice a Noé que sea fecundo y llene la tierra, lo mismo que se le había dicho a Adán. En Gn 9,2 se menciona que los animales salvajes y las aves le temerán, lo mismo que se deduce en Gn 1 cuando a Adán se le encomienda someter la tierra y sus seres vivos. Así como en Gn 1, 29-30 las plantas le fueron dadas a Adán para su sustento, los animales le son dados para el mismo propósito para Noé. La restricción a esta concesión está dada en la prohibición de comer la carne con la sangre del animal. En la alianza sinaítica se detallarán más aspectos de este mandamiento, también en lo concerniente a como secar la carne (Lv 3,17; 7,26-27; 19,26; Dt 12, 16-24; 1Sm 14,32-34). Veamos también que la vida humana aparece en ambos relatos como especial y muy valiosa. La raza humana es una familia. Todos estamos relacionados. Si en la historia de Caín aparece por primera vez la palabra hermano (Gn 4,2.8.9.10.11.21) en Gn 9,5 leemos,  Yo pediré cuentas de la sangre y la vida de cada uno de ustedes, se las pediré a cualquier animal; y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano. La alianza noética aparece en varias partes de la biblia, haciéndose así parte de la gran historia narrada en la biblia. Tenemos así Is 24,3-5 donde se hace referencia a todos los hombres rompiendo la alianza eterna, haciendo alusión probablemente a la Noética: Queda la tierra rajada, queda saqueada –el Señor ha pronunciado esta amenaza–. Languidece y se debilita la tierra, desfallece y se debilita el mundo, desfallecen el cielo y la tierra, la tierra está profanada bajo sus habitantes, que violaron la ley, trastocaron el decreto, rompieron el pacto perpetuo.  También tenemos a Is 54, 9-10 donde Isaías compara la nueva alianza con la alianza noética. Lo que unifica a ambas es la obligación que tiene Yavé de cumplir las promesas, no destruir la tierra como juicio y no quitarle su amor y lealtad en la alianza de paz:  Me sucede como en tiempo de Noé: juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; así juro no enojarme contra ti ni reprocharte. Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no te retiraré mi lealtad ni mi alianza de paz vacilará —dice el Señor, que te quiere—. Por último mencionemos Jr 33, 19-26 donde aparece una expresión (mi alianza con el día y mi alianza con la noche) que bien puede referirse a la Alianza con la creación (Gn 1) que la alianza noética profundiza. Para más detalles: Kigdom through Covenant p.655-657

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.