Las Alianzas de Abraham en Gn 15 y 17

En otra entrada veíamos el contenido de las promesas que Dios había hecho a Abrahám en Gn 12, 1-3. Profundicemos en estas promesas que son consagradas en la Alianza de Gn 15 y Gn 17. Gn 15 encarna las promesas en relación a que Abraham llegará a ser una gran nación de Gn 12, 1-3. En la Alianza de Gn 15 encontramos el siguiente contenido: 
I. Sobre los descendientes (15, 1-6); 
A. Dios se revela a sí mismo y hace promesas (Gn 15, 1)
B. Abrahám escéptico y protesta (Gn 15,2-3)
A´. Dios se revela y confirma (Gn 15, 4-6).
II. La Tierra (Gn  15,7-21)
A. Dios se revela a sí mismo y hace promesas (15,7)
B. Abrahám escéptico y protesta (Gn 15, 8)
A´. Dios se revela y confirma (Gn 15, 9-21)
Las promesas de Gn 15,18 se dan en los siguientes términos: A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al gran río Éufrates. Esta promesa se sella con un juramento, como es lo usual, pero que se expresa de manera enigmática en Gn 15,17: El sol se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. La presencia de los animales muertos parece confirmar la voluntad que de no cumplir las promesas Dios llegará a ser como ellos. De nuevo, la vida y la muerte se presentan como consecuencia de la fidelidad de la alianza.  La misma imagen la encontramos en Jr 34, 18-20 donde se explicita las consecuencias de la infidelidad al cumplimiento de la Alianza mosaica: A los hombres que quebrantaron mi pacto no cumpliendo las estipulaciones del pacto que hicieron conmigo, los trataré como al novillo que cortaron en dos para pasar entre las dos mitades. A los dignatarios de Judá y Jerusalén, a los eunucos y sacerdotes, a todo el pueblo que pasó entre las mitades del novillo, los entregaré en manos de sus enemigos, que los persiguen a muerte; sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra. La humareda y la antorcha presente en Gn 15, 17 parecen indicar la presencia de Dios quien confirma la realización o no de la Alianza. Recordemos que ambos son símbolos de la presencia de Dios (Ex 3,2; 13,21; 19,18; 20, 18). Para más detalles: p. 1093-1132.
Gn 17 encarna la promesa de Gn 12,1-3 en relación a que a través de Abraham todas las naciones serán bendecidas. En la Alianza Abrahamica de Gn 17 encontramos el siguiente contenido: 
A. Intención de Yavé de confirmar su juramento sobre la descendencia (Gn 17, 1-2)
B. Abraham cae rostro en tierra (Gn 17,3)
C. Dios promete descendencia y la tierra (Gn 17, 4-8)
D. Es dado el signo de la circunsición (Gn 17, 9-14)
A´. Intención de Yavé de bendecir a Sará con descendencia (Gn 17, 15-16)
B´. Abrahám cae rostro en tierra (Gn Gn 17,17-18)
C´. Dios le promete un hijo de Sará (Gn 17, 19-22). 
D´. El signo de la circunsición es practicado (Gn 17, 23-27). 
En esta alianza vemos que al igual que Gn 12,3 (ser una bendición para las naciones) también se confirma la misión para el pueblo de Israel en relación a los otros pueblos a través de la expresión camina en mi presencia y sé honrado (Gn 17,1). Esta frase implica que Israel está llamado a ser un pueblo que muestre una relación justa con el único y verdadero  Dios delante de los hombres. Dios llama a Abraham a ser luz de las naciones, y a través de él bendecir a todos los pueblos. El ser honrado (Tamín) implica una totalidad sin disminución. Esta misma palabra se utiliza para referirse a Noé en Gn 6,9: Noé fue en su época un hombre recto y honrado, y trataba con Dios. Por lo tanto Dios está llamando a Abrahám a ser un hombre justo, impecable, sincero en su relación con la divinidad, y así cumplir su misión delante de la gente. Esto es interesante porque Abraham y su descendencia parecen ser hombres no muy justos ni honrados en varias de sus actuaciones con gente de otros pueblos: en Egipto (Gn 12, 17-20), con Hagar (Gn 16), Jacob con su hermano Esau etc. Lo interesante es que estas actitudes relucirán en Abraham sólo cuando éste pierda la confianza total en sus propias fuerzas y conozca a Dios como El Shaddai, el todopoderoso. ¿Y cómo se expresa? Pues en el sacrificio de Isaac en Gn 22, 15-18. En este episodio, y respondiendo a la obediencia de Abraham, Dios vuelve a repetir sus promesas: te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos. Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido. La obediencia de Abraham en este texto ilustra la respuesta ideal del pueblo en relación a la Alianza.  El signo de esta alianza ya se había señalado en Gn 17, la circuncisión (Gn 17,9-14). La importancia de este signo se estructura en el mismo texto: Todo varón incircunciso, que no ha circuncidado su prepucio, será apartado de su pueblo por haber quebrantado mi alianza (Gn 17, 14). Pero,¿y qué significa el ser circuncidado? John D. Meade («The Meaning of Circumcisión in Israel: A proposal for a Transfer of Rite from Egypt to Israel» Adore Mente 1(2008): 14-29) cree que el origen de la adopción de este ritual en el pueblo hebreo está en el origen sacerdotal egipcio de la práctica. Todos los sacerdotes eran circuncidados en Egipto, Israel, como pueblo sacerdotal (Ex 19,6) también adoptaba este ritual como su sello de identidad. Además, los reyes-sacerdotes de Egipto eran considerados hijos de Dios, consagrados a la divinidad a través de la circuncisión. Israel, como primogénito de Dios también se consagraba a Yavé de la misma forma (Ex. 4, 22-23; Jos 5,2-9). Israel le pertenecía a Yavé como su primogénito y se consagraba a Dios como sus sacerdotes. El que la circuncisión se practique al octavo día nos lleva, por su parte, a la creación donde Dios crea al mundo en seis día, el séptimo descansa, y el octavo…se entendería como una nueva creación. Israel sería el nuevo Adán, el cual, como sabemos, fue rey y sacerdote (p. 1132-3521). Más adelante en Gn 26, 1-5 volvemos a encontrar a alianza de Abraham en un episodio que concierne a Isaac: Sobrevino una carestía en el país —distinta de la que hubo en tiempos de Abrahán—, e Isaac se dirigió a Guerar, donde Abimelec era rey de los filisteos. El Señor se le apareció y le dijo:   —No bajes a Egipto, quédate en el país que te indicaré. Reside en este país: estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes he de dar todas estas tierras. Así cumpliré la promesa que le hice a tu padre Abrahán. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, daré a tu descendencia todas estas tierras, y todos los pueblos de la tierra desearán las bendiciones de tu descendencia. Porque Abrahán me obedeció y guardó mis preceptos, mandatos, normas y leyes. Más adelante Gn 26,24-25 vuelve a repetir la misma idea, al final de la cual Isaac construye un altar. Nos encontramos en Beersheba, tal como dijimos en otra entrada, siempre los altares se construyen en la tierra prometida. Y por último, consideremos que también Jacob es sujeto de las promesas de Gn 12, 1-3, por ejemplo en Gn 35,11-12: Yo soy el Dios Todopoderoso: crece y multiplícate. Un pueblo, un grupo de pueblos nacerá de ti; reyes saldrán de tus entrañas. La tierra que di a Abrahán e Isaac a ti te la doy; y a la descendencia que te suceda le daré la tierra. Por supuesto, la tierra prometida, Canaán, es el nuevo Jardín del Edén.
  

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.