El libro de la Creación (4)

La cuarta parte del Libro de la Creación está
compuesta por los capítulos sexto y séptimo de la obra. Se trataría de una
especie de sumario donde se corrobora y recopila el contenido. Interesante es
la aparición de personajes míticos de difícil interpretación: el enigmático
Dragón, la Esfera y el Corazón. El Dragón
en el universo es como un rey en su trono. La Esfera en el año es como un rey
en su país. El Corazón en el cuerpo es como un rey en la guerra (5).
Otro
concepto importante es la Harmonia mundi ,
esto es, la armonía del universo: hay 
tres niveles de existencia, el cósmico, el temporal y el personal, y
cada letra o grupo de letras es responsable de cada uno de esto tres niveles. Tres, y cada uno de ellos solo. Siete
divididos en tres frente a tres y uno es la regla que pone equilibrio entre
ellos (6).
También es importante el hecho que aparezca por primera vez el árbol de la vida que permitirá a los
cabalistas posteriores crear la conocida estructura de las sefirot, las letras
del alefato y las 32 vías misteriosas de la sabiduría responsables de la
creación.  Fijémonos también en la
presencia de Abraham quien entendió y llevó a la práctica las instrucciones y
los métodos descritos en sus capítulos. Y
cuando Abrahán, nuestro Padre, sobre él sea la paz, lo contempló, se lo miró,
lo observó, lo estudió, lo entendió, lo trazó, lo diseñó, lo combinó, lo creó,
y funcionó, se le reveló el Todopoderoso y lo llamo “mi amado” [Is 41,8]. … 

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.