Filón de Alejandría: sobre el Templo y el Sumo Sacerdocio

Para Filón de Alejandría el Templo representa
de alguna manera el universo y el sumo sacerdote, como el gran mediador entre
Dios y los hombres. Respecto al templo como imagen del universo dice que el más elevado y el verdadero templo de Dios
es, a no dudarlo, el universo todo, el que tiene como santuario la parte más
santa de todo cuanto existe, vale decir, el cielo; como ornamentos, los astros;
y como sacerdotes, los ángeles, servidores de Sus potencias, los que son
incorpóreas almas, no mezclas de naturaleza racional e irracional, como sucede
que son las nuestras, sino inteligencias solamente en todo su ser,
entendimientos puros a semejanza de la unidad.
Pero existe otro templo, fabricado por
las manos del hombre. Preciso es, en efecto, que ningún impedimento se oponga a
los impulsos de los hombres que pagan los tributos propios de la piedad
religiosa y quieren mediante sacrificios ora agradecer por los beneficios alcanzados,
ora suplicar indulgencia y perdón por las faltas cometidas. Pero Moisés previno
desde el principio que no se edificaran muchos templos, ni en muchos lugares ni
en un mismo lugar, pues consideraba que, dado que Dios es uno solo, también el
templo debe ser uno solo.  El de
Jerusalén, único templo reconocido y permitido en la religión mosaica
(De Spec. Leg. I, 66-67).

Respecto al sumo sacerdote como mediador entre
Dios y los hombres, Filón escribe que éste está
consagrado a Dios y ha llegado a ser capitán de la sagrada hueste, corresponde
que esté separado de todos los lazos de nacimiento, no sujetándose a las
afecciones hacia sus padres, sus hijos o sus hermanos hasta el punto de pasar
por alto o posponer alguna de sus obligaciones religiosas, cuyo cumplimiento
sin ninguna dilación tiene prioridad
(De Spec.Leg. I, 114). Más adelante
agrega que  quiere, en efecto, la ley que se halle dotado de una condición superior
a la puramente humana y se aproxime más estrechamente a la Divina, a una línea
divisoria, podríamos decir con toda propiedad, entre ambas, para que por
conducto de un mediador los hombres procuren alcanzar la misericordia de Dios;
y Dios, por Su parte, emplee sus servicios para extender y proporcionar Sus
beneficios a los hombres
(De Spec.Leg. I, 116).  Pero así como está el sumo sacerdote en el
templo de Jerusalén, para Filón el logos es también el sumo sacerdote en eluniverso. El primero representa al segundo: Dos
son, evidentemente, los templos de Dios: uno este universo, en el cual es
también sumo sacerdote Su primogénito, el Divino lógos; y el otro el alma
racional, de la cual es sacerdote el verdadero hombre, cuya imagen sensible es
aquel que ofrece las tradicionales súplicas y sacrificios (
o sea, el sumo sacerdote), a quien ha sido
prescripto vestir la mencionada túnica, réplica del cielo todo, a fin de que el
mundo sea copartícipe del hombre en los sagrados ritos y el hombre lo sea del
mundo
(De Somniis I, 215). Es interesante
constatar que Filón entiende el sumo sacerdocio, de alguna manera, al modo de
Ben Sira: para ambos el sumo sacerdocio representa a la humanidad, y desde ahí
al primer hombre, Adán, como quien encarna la Sabiduría, principio ordenador
del universo. 

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.