Los gigantes arremeten: Goliat representando el caos y desproporción.

Como hemos visto en otras entradas, la presencia de los gigantes (y aquí,aquí)  no termina del todo con el diluvio. Y no me estoy refiriendo a la transformación de los gigantes en espíritus malignos que pululan en la tierra, sino a que estos siguen caminando en la tierra representando el exceso y la desproporción a los ojos de los judíos. Un ejemplo particularmente importante es la pelea entre David y Goliat. Éste último es descrito como un gigante que representa el caos, la fuerza desmedida, la desproporción: Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá; y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim. Y Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a los filisteos… Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo. Tenía un yelmo de bronce sobre la cabeza y llevaba una cota de malla, y el peso de la cota era de cinco mil siclos de bronce. Tenía también grebas de bronce en las piernas y una jabalina de bronce colgada entre los hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él. Y Goliat se paró y gritó a las filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros siervos de Saúl? Escogeos un hombre y que venga contra mí…(1Sam 17,1-8). En el MT Goliat mide más de tres metros, y David sólo alcanza su estómago. En la traducción de los LXX la desproporción de Goliat es atenuada, es verdad que es muy grande, pero nunca más que una persona normal de estatura muy elevada.  Respecto al peso de Goliat, a pesar que no tenemos sus datos exactos, el hecho que portase una cota que pesaba casi 57 kilos y que la punta de su lanza pesase 7 kilos, nos habla que realmente poseía una fuerza descomunal. Es interesante constatar que Goliat es el único gigante que habla en la Biblia. Y sus palabras son arrogantes y violentas, representan el caos y el orgullo. Sin embargo, Yavé es quien libera al pueblo de los gigantes de una manera sobrecogedora. Esto es lo que clama el pequeño David: para que sepa toda esta asamblea (קהלque el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y Él os entregará en nuestras manos (1Sa 17,47).
Para terminar, fijémonos en un término interesante que he subrayado en el texto bíblico: קהל.  Esta palabra de manera ordinaria significa una “personas reunidas” (Gn 28,3; Ez 26,7). Sin embargo también significa, y de manera más regular, una asamblea sagrada al modo de un grupo que se reúne para renovar la alianza, para celebrar una liturgia, y para recibir instrucción religiosa (Ex 12,6; 35, 1; Lv 4,21; Nm 8,9; Dt 5,22; 31,12; 1Rey 8,55; Neh 5,13). ¿Puede esto significar que este relato de la pelea de David contra Goliat se recitaba en la reunión de la asamblea en el templo? ¿Podría este relato sobre Dios peleando a través de su rey contra las fuerzas del caos haber estado relacionado con la fiesta del Año Nuevo en el templo? Aunque especulativo, no sería del todo extraño. Para más detalles: Brian R. Doak, The Last of the Rephaim, Harvard University Press, 2012, p. 100-108.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.