San Niceforus sobre la oración de Jesús
Sn Niceforus del Monte Atos escribe sobre la
oración de Jesús: Esta, que es la más
grande de todas las actividades, es adquirida por muchos, e incluso por todos,
a través del aprendizaje (por un staretz). De manera ocasional la gente la recibe directamente por Dios…Tienes
que estar consciente que la respiración por la cual vivimos es un inhalar y
exhalar aire. Los órganos que sirven a este propósito son los pulmones que
rodean al corazón. Ellos pasan el airea través de sí mismos e inundan el
corazón de éste. Entonces podemos decir que la respiración es la manera natural
del corazón. Por lo tanto, recoge tu mente y condúcela a través del camino de
la respiración donde el aire pasa hacia el corazón y junto con el inhalar el
aire fuérzalo a descender hacia el corazón y retenlo allí. Trata de no salir de
prisa. En un principio esta retención puede resultar aburrida o pesada, pero
cuando te acostumbras a ella, no se puede prescindir de la misma por el júbilo
y la alegría que produce….Cuando entres en el lugar del corazón, como te lo he
indicado, da gracias a Dios y junto con glorificar su bondad, mantente en esta
actividad. Esta te enseñará que no hay
nada más que aprender que esta oración. Debes saber también que cuando tu mente
está establecida en tu corazón, no debe permanecer en silencio, sino que debe
sin interrupción orar: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”. Esta
oración, a través del estar de la mente sin sueños, nos hace inmunes e
inaccesibles a la artimañas del enemigo y cada día nos acerca más y más al amor
y cuidado de Dios (Sobre la Vigilancia 4, Filokalia p. 205-206).
oración de Jesús: Esta, que es la más
grande de todas las actividades, es adquirida por muchos, e incluso por todos,
a través del aprendizaje (por un staretz). De manera ocasional la gente la recibe directamente por Dios…Tienes
que estar consciente que la respiración por la cual vivimos es un inhalar y
exhalar aire. Los órganos que sirven a este propósito son los pulmones que
rodean al corazón. Ellos pasan el airea través de sí mismos e inundan el
corazón de éste. Entonces podemos decir que la respiración es la manera natural
del corazón. Por lo tanto, recoge tu mente y condúcela a través del camino de
la respiración donde el aire pasa hacia el corazón y junto con el inhalar el
aire fuérzalo a descender hacia el corazón y retenlo allí. Trata de no salir de
prisa. En un principio esta retención puede resultar aburrida o pesada, pero
cuando te acostumbras a ella, no se puede prescindir de la misma por el júbilo
y la alegría que produce….Cuando entres en el lugar del corazón, como te lo he
indicado, da gracias a Dios y junto con glorificar su bondad, mantente en esta
actividad. Esta te enseñará que no hay
nada más que aprender que esta oración. Debes saber también que cuando tu mente
está establecida en tu corazón, no debe permanecer en silencio, sino que debe
sin interrupción orar: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”. Esta
oración, a través del estar de la mente sin sueños, nos hace inmunes e
inaccesibles a la artimañas del enemigo y cada día nos acerca más y más al amor
y cuidado de Dios (Sobre la Vigilancia 4, Filokalia p. 205-206).