¿Quién es Jesús en el Evangelio de Felipe?
Jesús, por lo tanto, tendría dos principios, uno espiritual relacionado con su padre celestial y otro material relacionado con su padre José que representa al demiurgo. Pero esto no es todo, hay que detallar más el problema. Jesús tiene, a su vez, dos madres: “Algunos dijeron que María concibió del Espíritu Santo. Yerran, no saben lo que dicen. ¿Cuándo mujer concibió de mujer? María es la virgen a quien no mancilló jamás poder alguno. Ella es un gran anatema para los hebreos, que son los apóstoles y los hombres apostólicos. Esta virgen a la que ninguna potencia mancilló…las potencias se mancillaron. Y, a no ser que tuviera otro padre, el Señor no habría dicho, “Mi Padre que está en el cielo”, sino simplemente “mi Padre” (55,23-36). Este complicado texto es muy revelador. Se dice que Jesús tienes dos madres. Una es el Espíritu Santo quien engendra a Jesús en la cámara nupcial con el Padre celestial. Ambos son los progenitores del Jesús espiritual que habita desde siempre en la realidad del pleroma, esa realidad sublime, espiritual e inmutable que está más allá de todo. Pero Jesús también tiene una madre terrenal, la virgen María, quien a pesar de haber sido poseída por José (que representa la realidad material inferior) nunca perdió su virginidad. Esto mismo lo leemos en otro texto muy revelador: Jesús reveló a orillas del Jordán la plenitud del reino de los cielos. El que fue engendrado antes del Todo, fue de nuevo engendrado. El que antes fue ungido, fue ungido de nuevo. El que fue redimido, redimió a su vez. Ciertamente es necesario expresar un misterio. El Padre del todo se unió a la virgen que descendió, y un resplandor le iluminó aquel día; él reveló la gran cámara nupcial. Por esto su cuerpo surgió aquel día; dejó la cámara nupcial como quien surgió del novio y la novia. Así también Jesús estableció todo en él mediante estos. Y es necesario que todos y cada uno de los discípulos se introduzcan en su reposo. Adán surgió de dos vírgenes, del espíritu y de la tierra virgen. Por esto Cristo nació de una virgen para rectificar el tropiezo acontecido en el comienzo (70,34-71,21). Resumiendo, por una parte, una de las madres de Jesús es Sofía o Espíritu Santo quien se menciona como Virgen quien concibe en la unión con el Padre Eterno en la cámara nupcial. Sofía representa el componente espiritual de Jesús, tal como había dado el componente espiritual cuando fue creado Adán. Pero Jesús tiene otra madre, también virgen, María quien representa a la tierra de la cual Adán fue formado, y es el útero incorrupto que recibe a Jesús de donde se forma su principio material. Ahora bien, ¿cómo pudo haber sido virgen María, si tuvo relaciones con el demiurgo? Los textos expuestos refieren a que a pesar de esta relación María continuó virgen. Por lo tanto, el salvador es un ser espiritual en un cuerpo material. El cuerpo espiritual es la unión del Padre y de su Madre (Sofía, Espíritu Santo) y es el hijo de la cámara nupcial.
Pero eso no es todo. El cuerpo espiritual de Jesús también está compuesto por la Iglesia espiritual con la cual el salvador se viste cuando desciende al mundo material. ¿De qué se trata esto? Aunque el evangelio no es explícito al respecto, es muy probable que estemos frente al típico mito gnóstico. El mundo material, perecedero y decadente en el cual vivimos es producto de la deficiencia o error de un eón menor que es la sabiduría caída. Esta no es la Sabiduría Madre Espiritual de Jesús, sino la última de las emanaciones de Dios. Esta sabiduría caída no tarde en arrepentirse, y una vez que esto sucede, surgirá como fruto gozoso o emanacion de la contemplación del Jesús espiritual la iglesia espiritual con todas las formas del pleroma y con todos los ángeles. Así cuando el Salvador desciende a la tierra se viste de ese cuerpo espiritual, aunque la última unificación del Salvador con esta sabiduría acontecerá en el final de los tiempos en la cámara nupcial. Sólo entonces los gnósticos también se unirán con los ángeles y entrarán en el Pleroma. Lo que se quiere decir es que aquellos que serán salvados comparten el cuerpo espiritual del Salvador y que reconocen también en la cámara nupcial.