La oración y el conocimiento en Clemente de Alejandría

Clemente le da mucha importancia a la oración personal, contemplativa y en silencio. Para el verdadero gnóstico «toda su vida es una oración, una conversación con Dios» (Strom VII 39,7). La oración, entonces, es hablar sobre algo con audacia, es conversar con Dios. Incluso si nosotros nos dirigimos a Él en un susurro, sin abrir nuestros labios, o pronunciando un sonido, incluso si gritamos a Él en nuestro corazón. Dios nunca cesa de escuchar la conversación interna (Strom VII 39, 5).La oración es una conversación de carácter existencial. En la oración no necesita necesariamente palabras porque Él escucha el alma y el nous, porque el alma escucha al alma y el nous escucha al nous. Dios no tiene necesidad de aprender varias lenguas, como los interpretes humanos tienen que hacer, porque Él entiende en un momento todo el nous de los hombres…(Strom VII 43, 3-5). Y agrega, el gnóstico ora en cada lugar, no de manera pública para que todos lo vean, sino en cada modo su oración asciende, ya sea que esté caminando o en compañía  o descanzando o leyendo o realizando trabajos buenos, y a pesar de esto estará en secreto en el pensamiento de su cuarto  en su corazón, y así mientras llama a su Padre en gemidos que no pueden ser expresados,  su Padre que estará cerca a la mano, incluso antes que el gnóstico haya hablado (Strom VII 49, 6-7) (1Tim 2,8; Mt 6,5-6). El gnóstico persiste de manera ininterrumpida en la contemplación (Strom VII 44-7). En Strom VII 35,4  el gnóstico es descrito como uno que siempre y de manera ininterrumpida está en la presencia de Dios a través de su conocimiento y su vida y su espíritu agradecido. En definitiva, la idea que tiene Clemente sobre la oración es permanecer de manera constante en la presencia de Dios. No hay duda que Clemente encuentra en el NT muchos textos que inspiran esta idea de la oración constante. El hombre no puede conocer a Dios como Éste es, y es que esencialmente es incognosible, sin embargo sólo se le puede conocer a través de Cristo. De esta manera Clemente distingue  entre el Padre desconocido y el Logos revelado, el poder de Dios: Dios permanece desconocido, pero el Hijo, el Logos, o el poder de Dios se le ha revelado al hombre. De allí que hemos de lanzarnos a la grandeza de Cristo, y siempre habrá un nuevo paso que dar en dirección a su inmensidad. Y es que estamos hablando de algo vasto e inmenso. Entonces, si nos abstraemos de todas las cosas corporeas y de las cosas llamadas incorporeas, nos lanzamos en la grandeza de Cristo yy desde allí avanzamos a la inmensidad a través de la santidad, y podremos alcanzar de algún modo el concepto de lo Divino, conociendo no lo que Éste es, sino lo que Éste no es (Strom V 71,3). La fe es la manera fundamental a través de la cual las verdades son aprehendidas. La fe es antes que nada un asentimiento intelectual: Si no tienes fe, no puedes entender (Strom I 8,2) o la perfección del conocimiento es la fe (Paed I 29,1). Y vamos ahora a otro concepto fundamental, el de theoria que es la visión o contemplación de Dios y que está relacionado con el conocimiento. Por una parte, Theoria es la visión final en la vida venidera cuando el hombre vea a Dios cara a cara y se ocupe de la contemplación eterna y pueda gozar del descanzo eterno. Por otra parte, la contemplación de Dios puede ser una actividad de nuestra vida hoy y ahora. Ejercitándose en la contemplación el gnóstico él continúa para contender sobre la fuerza de estas verdades más elevadas y más universales (Strom VII 61, 1). Cuando el persiste en una contemplación inenterrumpida, se ejercita a sí mismo en la disciplina que enseña frenarse sobre los placeres e indica la dirección correcta de acción (Strom VII, 44, 7). Para más detalles: Henny Fiska Hägg «Seeking the Face of God: Prayer and Knowledge in Clement of Alexandria» en The Seventh Book of the Stromateis, Matyas Havdra, Vit Husek, Jana Platova (Ed), Brill, Leiden, 2010, p.131-142

 

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.