La Ley y los Profetas en el tiempo de Jesús.

Lc 24, 36-49 nos narra una aparición de Jesús resucitado a los discípulos donde, por una parte, se enfatiza la realidad corporal de éste, quien come y es tocado por los suyos; y, por otra, se explica la pasión y la resurrección a la luz de las escrituras. En este contexto Jesús dice que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre él había escrito la ley de Moisés, los profetas, y los Salmos (Lc 24,44). Ahora bien, ¿a qué libros están contenidos en esta expresión? ¿Son los mismos libros que conocemos hoy como Antiguo Testamento? ¿Es que en el tiempo de Jesús ya estaba resuelto el tema de la cononicidad del Antiguo Testamento?
En el tiempo de Jesús, a pesar de la gran cantidad de literatura religiosa, había concenso en atribuir una autoridad especial, como inspirados por Dios, a ciertos libros. Así lo vemos en la introducción de la Sabiduría de Jesús Ben Sira (Eclesiástico) que los llama la Ley, los profetas, y otros escritos (135 a.c.). Estos otros escritos pudieron incluir con mayor certeza Salmos y Proverbios; y con un grado más cuestionable, Job, Eclesiástes, Cantar de los cantares, y Ester. En el 4Ezra, libro datable alrededor del 70 Dios le ordena a Ezra hacer públicos los 24 libros que había escrito primero (14,23-48), número que es el mismo del canón judío actual. Josefo, por su parte, escribiendo en los 90 d.c. habla de los libros acreditados que serían 22, incluyendo la Ley (cinco libros) y los profetas (13 libros) y los otros cuatro que podrían ser con más certeza Salmos y Proverbios, y con un alto grado de probalidad Job y Eclesiástes.

En la literatura del Qumran se menciona en varias partes la autoridad de los libros de Moisés, los libros de los profetas, y los escritos de David (4QMMT: 4Q397 fragmentos 7-8). Estos libros se presentan como inspirados por Dios y son copiados y comentados por la comunidad reconociéndoles tal autoridad. No sería el caso de otros libros, como el de Crónicas, que quedarían fuera del estatus canónico según esta secta. Pero hay más, vemos en los escritos del Qumran que otros libros, que están fuera del canon hoy, sí se les atribuía una autoridad divina. Sería el caso de 1Enoc y Jubileos.

En el tiempo de Jesús, entonces, había algunos libros sobre los cuales había un concenso respecto a su inspiración divina: la Ley y los profetas. Otros textos todavía no entraban en la categoría canónica, pero lo harían más tarde; mientras que otros, considerados canónicos por algunos grupos, quedarían fuera definitivamente con el advenimiento del judaísmo rabínico.

La siguiente pregunta dice relación a si los libros canónicos sobre los que no habían preguntas sobre su inspiración divina eran los mismos que hoy leemos. ¿Existen copías del libro del Genésis de la época de Jesús que nos puedan asegurar que nuestros textos son fieles a los originales? Este punto de suma importancia tendrá que esperar a otra entrada…

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.