La Cueva de los Tesoros, Introducción

La cueva
de los tesoros
es un apócrifo cristiano de origen siriaco que  asume las antiguas tradiciones y reflexiones
cristianas en relacion a la figura de Adán. El nombre de la obra es ilustrativa
de la teología que encierra. Veamos la primera parte del título, «la cueva». ¿Qué significa ésta? La cueva,
en cuanto prototipo del seno materno, es
un símbolo antiguo para referirse a la regeneración y al renacimiento del ser
humano. La cueva de los tesoros es
donde Adán y sus descendientes renacen, tras haber muerto al pecado, a traves del
bautismo en agua y sangre del costado de Cristo. En efecto, cuando Cristo es atravezado por la lanza y de su costado manó sangre y agua , éstas, sin
mezclarse, descendieron por el manantial
del agua de la Vida
 que había
excavado Adán produciendo su bautismo Salvador. Este rito bautismal implicaba
ambos elementos, tal como se explica a continuacion: ¿Y por qué la sangre antes que el agua?…uno, porque por medio de la
sangre le fue dada a Adán la vida, es decir, la vida de la Resurrección, y el
agua fue su Bautismo; el otro, porque por 
medio de la sangre ya no moriría, porque por medio del agua tenía
unicamente la mortalidad y el padecimiento de sus pasiones
(LI18-20). Ahora bien, en el texto, la cueva no
es solo un lugar simbólico sino también un lugar real que se ubicaba en las
laderas de la montaña del Paraíso. Es
allí donde Adán y Eva, luego de ser expulsados del Edén, descendieron por el impulso de los vientos  y entraron
a cobijarse
(V 15-16). La cueva  es tambien un lugar de refugio, de oración y
de sepultura. Al entrar, Adán y Eva eran
celibes. Adán quiso tener trato carnal con Eva y entonces, tomó oro, mirra e
incienso de las orillas del Paraíso, los puso dentro de la cueva de los tesoros
y la bendijo y la santificó para que fuese la casa de oración de él y de sus
hijos
(V.17).  Que la cueva sea casa de oración la convierte en el templo de Jerusalén (Mt 21, 13).
De hecho es allí donde se sirve a
Dios. De Enos, un descendiente de Adán, se nos dice que se puso a servir a Dios en la cueva de los tesoros(VIII.1) , lo mismo que otros descendientes (
IX.1) y Enoc (XIII.11).  Este servicio
convierte a la cueva en la celda donde el monje o el eremita sirven y oran a
Dios. Por último, la cueva es también
el lugar donde están enterrados los patriarcas antidiluvianos como Adán (VI.11),
Set (VII.22), Enos (VIII.17), Quenán (IX.10), Mahalalel (X.10), Yerad (XIII.9),
Lamek (XVII.2).  Y es que Adán fue creado
en el lugar donde se erigiría el templo, el mismo lugar donde retornaría una
vez que fue expulsado del paraíso, y donde moriría.
Respecto al calificativo de los tesoros hacen referencia al oro, incienso y mirra que Adán
tomó de las inmediaciones del paraíso y que guardó en la cueva, tal como lo
indica el texto citado más arriba (V.17). Con estos mismos materiales tanto su
cuerpo como el de los patriarcas fueron embalzamados. Por ejemplo, antes de
morir Adán dice, en cuanto muera,
embalsamadme con mirra, incienso y mirra y ponedme en la cueva de los tesoros
(VI.
11). Estos son tambien los tesoros presentado por los Magos a Jesús en Belén
(XLV.12) justo al octavo día de nacer, el día de la circuncición (XLVI.14). El
oro simbolizaba la realeza de Cristo, la mirra el sufrimiento anunciado por los
profetas (Dn 9, 26// XLIV. 53-57; LII 18-19), y el incienso el sacerdocio (XLV
14-15). Todos estos dones son los que Dios había concedido a Adán y a los
judíos. Adán al levantarse se puso de pie
en medio de la tierra. Pusos sus dos pies en aquel lugar donde estuvo clavada
la cruz de nuestro Salvador. Allí se vistió de los vestidos del Reino y fue
puesta en su cabeza  una corona de gloria.
Allí fue hecho rey, sacerdote, y profeta. Allí Dios le hizo sentar en el trono
del Reino
(III, 15-18).

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.