Jesús, los rabinos y el divorcio
El divorcio era un tema sobre el que cabían distintas posiciones en el tiempo de Jesús. De acuerdo a Dt 24, 1 el hombre podía divorciarse de la mujer si encontraba en ella algo indecente o reprochable. El aspecto polémico estaba en el significado de esta expresión ervat davar (algo indecente, inapropiado, reprochable) como causal de divorcio. La escuela rabínica de Shammai (50 a.c.-30 d.c.) entendía la expresión como algo indecente desde el punto de vista sexual, por ejemplo alguna infidelidad. La escuela de Hillel (20 a.c. -10 d.c.) entendía la expresión como cualquier conducta inapropiada, por ejemplo el que la mujer no cocine al gusto del marido o que su carácter no sea compatible con el del esposo. Un siglo más tarde, Rabí Akiva va adoptar una posición aún más liberal que Rabí Hillel respecto a las causas de divorcio, aceptando incluso como razón suficiente que el marido encuentre una mujer más atractiva.
En este espectro de posiciones, la de Jesús se ubica en la linea más conservadora, superando incluso a la de Shammai. Jesús no admitía razón alguna para el divorcio. Aún así, la comunidad que escribe el Evangelio de Mateo se distanciará de la opinión de su maestro y se acercará más a la escuela de Shammai.