Hillel y Shamai sobre lo sacro y lo profano: ¿Hasta dónde se extiende la presencia temporal de Dios?
Siguiendo con la discusión entre los sabios Hillel el viejo y Shamai, de la generación precedente a la de Jesús, vale la pena ver el tratado de Beitza (16a) en lo referente a la preparación del sábado. Se ha enseñado: Ellos dicen de Shamai el viejo: Todos sus días el comía en honor al shabat. Si él encontraba una comida buena, la guardaba diciendo: «Esta es por el shabat». Si encontraba una aún mejor, la guardaba para el shabat y se comía la primera. Hillel el viejo, por su parte, tenía otra actitud porque todas sus obras eran en nombre del Cielo, como está dicho: «Sea bendito el Señor día a día» (Sal 68,20). Si Shamai come en honor al shabbat era porque cada día carecía de la santidad propia del día de descanso. Una actitud que no compartía Hillel el viejo para quien la Santidad de Dios se puede encontrar en las dimensiones profanas de la vida. Esto no quiere decir que Hillel haya desconocido grados de santidad. Así está el Santo y el Santo de los santos; los días de la semana, los festivales y el shabat. Ambas actitudes, la de Shamai y la de Hillel, encuentran sus raíces en la Torá.