El Nous y el conocimiento de Dios en el Ap. Abrahám
En el Apocalipsis de Abrahám se ven varías escenas en las que el patriarca va descubriendo la vaciedad de la idolatría de su padre. Así, por ejemplo, encuentra el ídolo de piedra llamado Marumat había caído a los pies del ídolo de hierro Nacón. Con gran trabajo logró levantar a Marumat con ayuda de su padre, lo que no impidió que el ídolo se descabezara, lo que obligó a poner la cabeza en una talla nueva (1). Más adelante, cuando llevaba unos ídolos de un lugar a otro, el asno se echo a correr y los dejó caer rompiendo a tres y quedando dos. Esto produjo un serio traspié en las ventas que tenía que hacer Abraham en nombre de su padre Taré. En todo caso, los tres ídolos rotos fueron arrojados al fondo del río y nadie supo más de su existencia( 2). Todas estas experiencias hacen reflexionar a Abraham, y aquí quiero detenerme, en cómo, según esta obra, el uso correcto del nous conduce al monoteísmo: He aquí que Marumat cayó y no podía ponerse en pie en su templo, ni yo por mí mismo no pude moverlo hasta que llegó mi padre y ambos lo levantamos y, sin que pudiéramos evitarlo, se le cayó la cabeza. (Mi padre) la colocó sobre la piedra de otro ídolo que había hecho sin cabeza. Y los restantes cinco ídolos que se rompieron al caer del asno no pudieron salvarse ellos mismos ni hacer daño al asno a pesar de que los había roto, ni sus restos salieron del río» (3,2-5). Y reflexionando más profundamente, en su corazón se dice: Si es así, ¿cómo podrá Marumat, el dios de mi padre, que tiene la cabeza de piedra y está hecho de otra piedra diferente, salvar a un hombre, o escuchar su oración o retribuirla? (3,5). Abraham reconoce que fue su padre, un hombre, quien ha creado a los dioses cuya bendición es un desastre y su poder es vano. ¿Cómo pues, puede ser auxiliador de mi padre lo creado por él, unos ídolos fabricados? (6,2). Y de ahí decide dirigir su intelecto hacia la pureza y expondré ante él con claridad sus pensamientos (6,3). De eso modo empieza a buscar al dios creador de todo, no a ídolos inventados por los hombres. Y al llegar al Creador implora que se manifieste por sí mismo, lo que efectivamente sucede a través de una teofanía auditiva: Al Dios de dioses y al Creador buscas tú en el fondo de tu corazón. Yo soy. Apártate de tu padre Taré y sal de su casa para que no seas muerto por los pecados de la casa de tu padre (8,2)…Yo soy el Dios todopoderoso, anterior al mundo, el que en un principio creó el mundo visible. Yo soy un escudo y auxiliador para ti (9,2).