El cumplimiento de la Ley como consecuencia de la justificación y la acción del Espíritu
Ya hemos visto en una entrada anterior que Jesús indica el final de la Tora entendida como medio de salvación. Me gustaría complementar con algunas citas del libro de B.L. Martin, Christ and the Law in Paul en la cual podemos ver de qué manera la Ley, si bien no salva, es fundamental para la salvacións si es que hemos aceptado a Cristo y hemos sido envigorizados por el Espíritu. Veamos Rom 7,5: Porque cuando estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, excitadas por la ley, obraban en nuestros miembros, a fin que produjéramos frutos de muerte. En cambio, el hombre que está en Cristo (pag 104) y ya no es más de la carne sino del espíritu (Rom 7,5ss; 8, 5-9), la ley deja de ser un problema. El cristiano ha dejado de caminar de acuerdo a la carne, sino de acuerdo al Espíritu y es capaz de realizar la justicia de la ley: A fin de que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu (Rom 8,4) (pag. 105). Yes que aquellos que caminan de acuerdo al Espíritu han establecidos sus mentes en el Espíritu, y siguen las aspiraciones y metas del Espíritu: Efectivamente, los que viven según la carne, desan lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz (Rom 8, 8-6) (pag 107). El Espíritu marca la nueva creación y es fundamental para el cristiano: Rom 7,4-6; 2Cor 3,6; 1Cor 15,45, Rom 2,29; 5,5; 8,4-9. 14-16; 14,17; 1Cor 6,11; 12,13; 2Cor 5,5; Gal 3,2-5.14; 4,6; 5,5.16; 6,8 son algunos ejemplos que indican que para Pablo el creyente tiene vida eterna a la par que el Espíritu (pag 120). En términos generales, nosotros no estamos bajo la ley sino bajo la gracia (Rom 6,14-15). Por la acción salvadora de Dios en Cristo (Rom 3, 24; 5,15-21) hemos muerto al gobierno del pecado y de la Ley (Rom 6, 1-23; 7,4-6) y estamos ahora en una relación de gracia con Dios (Rom 5,2) (pag134). Una vez alcanzada la justificación por la fe, uno de los atributos que se viven es el amor (1Cor 13) y el cumplimiento de toda la ley (no cultual, se entiende) como no cometer adulterio, matar, robar etc (ex 20, 13-15.17; Dt 5, 17-19.21), todo lo cual se sumariza en el mandamiento principal: Lv 19,18; Rom 13, 8-10; Gal 5,14. Aquel que ama a su prójimo es aquel que ha cumplido la ley (Rom 13,8; 13,10; Gal 5,14) (pag142). Y es que solo en Cristo uno es capaz de caminar de acuerdo al espíritu en vez de la carne y así cumplir la justicia de la ley (Rom 8,4). De nuevo, solo para quien está en Cristo la Ley ha adoptado un carácter del espíritu y vida (Rom 8,2). La Ley, vista desde la fe, en contraste con los trabajos de la ley, excluye la posibilidad de la jactancia humana (Rom 3,27). A través de la fe la Ley no es destruida sino que establecida (Rom 3,31) porque es el amor la finalidad de la Ley. En definitiva, la Ley no es un problema para un hombre en Cristo porque él ya no es de la carne, no es más vendido al poder del pecado (Rom 7,14), sino que es espiritual y la ley es espiritual (Rom 7,14). Desde el punto de vista divino el hombre ya no está más bajo la ley (Rom 6,14-15; Gal 4,5; 5,18), o esclavizado al pecado o condenado a muerte. Desde el punto de vista humano no necesita obedecer la Ley para ser salvado, en Cristo el creyente tiene vida eterna (pag 145). El hombre es una nueva creación (Gal 6,15) y guarda los mandamientos de Dios (1Cor 7,19). Y es que la verdadera circumcisión es espiritual y eterna y que se tiene con independecia de la circucisión material (Rom 2,28-29; Flp 3,3; Col 2,11). Por lo tanto la Ley moral es valida y está siempre posibilitada por la acción del Espíritu (pag. 147). Para más detalles: Brice L. Martin, Christ and the Law in Paul (Brill, Leiden, 1989)