Creación-Alianza: La Alianza de Aarón, Fineés y Simón, Eclo (3)
En el contexto del judaísmo del segundo templo, al momento en que se escribe el Eclo, Judea operaba como un estado-templo donde el sumo sacerdote y su círculo de influencia. Ben Sirá bien pudo haber sido un escriba al que se le encomendó escribir su libro para exaltar la figura del sumo sacerdote Simón. Es por esto que Ben Sirá señala que sobre Simón descansa la sabiduría (también como revelación divina que se manifiesta en la Alianza) que divago por tanto tiempo buscando un lugar sobre el cual habitar. ¿De qué alianza se trata? La mosaica, pero en términos de Aaron. Esto significa que Aarón heredó de Moisés el rol de enseñar la Ley, que es la forma madura de la Sabiduría (45,17): Le confió los mandamientos y autoridad para legislar y juzgar, le encomendó normas y preceptos para que enseñara las normas al pueblo. Y es que Aarón ha sido ungido por Moisés: Moisés mismo lo consagró:ungiéndolo con óleo sagrado, así obtuvieron una alianza perpetua él y sus hijos, mientras dure el cielo, para servir a Dios como sacerdotes y bendecir al pueblo invocando su Nombre. Esta dinámica de la Alianza de Aarón como prefigura de lo que más tarde se vería con Simón ya está delineada en la Alabanzas a los Padres. En esta sección dos son los temas fundamentales: la alianza y la herencia. Dios ha establecido una Alianza con Noé (44, 17d), Abraham (44,19d) e Isaac (44, 22c), y luego con Aarón y su descendencia una Alianza eterna donde se les garantiza que ocuparan el sacerdocio en perpetuidad (45,15). En la misma línea hace una Alianza con Fineés (45,24-25) donde se establece sobre él y sus descendientes el sumo sacerdocio y la capacidad de juzgar al pueblo: Y ahora alaben al Señor, porque es bueno y los corona de gloria. Que les conceda prudencia para juzgar con justicia a su pueblo; que no acabe la felicidad y el poder de ustedes nunca jamás (45, 26).
La herencia es el segundo tema importante. Dios había prometido a Abraham en herencia el país de mar a mar, desde el Gran Río hasta el extremo de la tierra (44,21b). Dios también da en herencia a jacob un regalo que nos recuerda Dt. 32, 8-9: a quien confirmó la bendición y le dio la herencia, señaló las fronteras de las tribus repartiendo lotes a las doce (44,23 b-e). Sólo cuando esta herencia confluye con la sabiduría y llega a ser el libro de la Alianza (24,23) se llega a la plenitud, esto es cuando se celebra el sacerdocio en el tabernáculo . En este contexto llama la atención lo austero que es la mención a la Alianza mosaica en Eclo. Ben Sirá describe el don de la Torá en los siguientes términos: Dios le hizo escuchar su voz y lo introdujo en la nube espesa; puso en su mano los mandamientos, ley de vida y de inteligencia, para que enseñase los preceptos a Jacob, sus leyes y decretos a Israel (45,5). Esta Alianza pasa luego a Aarón como ya vimos cuando citamos Eclo 45,17. Y es que donde reposa la sabiduría es precisamente en el sacerdocio de Aarón, luego en el de Fineés, y posteriormente en Simón. Este último guarda muchas de las características de los monarcas davídicos, así refleja no sólo cualidades sumo sacerdotales, sino que también reales. Tanto Simon como Ezekias habían fortalecido la ciudad (48,17) y construido cisternas (48,17; 50,3). David es descrito como por tanto una corona (47,6) lo mismo que Simón (50,11). En otras palabras, Ben Sirá no describe la Alianza de Aarón en términos superiores a las promesas davídicas. Más bien, llama la atención en la similaridad entre las alianzas entre los sumo sacerdocio y los monarcas. Para más detalles: Creation, Covenant and the Beginnings of Judaism p. 57-87
La herencia es el segundo tema importante. Dios había prometido a Abraham en herencia el país de mar a mar, desde el Gran Río hasta el extremo de la tierra (44,21b). Dios también da en herencia a jacob un regalo que nos recuerda Dt. 32, 8-9: a quien confirmó la bendición y le dio la herencia, señaló las fronteras de las tribus repartiendo lotes a las doce (44,23 b-e). Sólo cuando esta herencia confluye con la sabiduría y llega a ser el libro de la Alianza (24,23) se llega a la plenitud, esto es cuando se celebra el sacerdocio en el tabernáculo . En este contexto llama la atención lo austero que es la mención a la Alianza mosaica en Eclo. Ben Sirá describe el don de la Torá en los siguientes términos: Dios le hizo escuchar su voz y lo introdujo en la nube espesa; puso en su mano los mandamientos, ley de vida y de inteligencia, para que enseñase los preceptos a Jacob, sus leyes y decretos a Israel (45,5). Esta Alianza pasa luego a Aarón como ya vimos cuando citamos Eclo 45,17. Y es que donde reposa la sabiduría es precisamente en el sacerdocio de Aarón, luego en el de Fineés, y posteriormente en Simón. Este último guarda muchas de las características de los monarcas davídicos, así refleja no sólo cualidades sumo sacerdotales, sino que también reales. Tanto Simon como Ezekias habían fortalecido la ciudad (48,17) y construido cisternas (48,17; 50,3). David es descrito como por tanto una corona (47,6) lo mismo que Simón (50,11). En otras palabras, Ben Sirá no describe la Alianza de Aarón en términos superiores a las promesas davídicas. Más bien, llama la atención en la similaridad entre las alianzas entre los sumo sacerdocio y los monarcas. Para más detalles: Creation, Covenant and the Beginnings of Judaism p. 57-87