Alianza: la propiedad de los productos de la tierra
La representación halakica de la historia de la creación del Edén se expande a los frutos de los que se puede o no comer. Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás (Gn 2,16-17). El punto de partida de la halaka es que tanto las necesidades de Israel como señores de la tierra se encuentran con las de Yavé. El punto de encuentro es claro, Israel debe obedecer las Leyes concernientes a la disposición de los frutos de la tierra en contraposición a lo que hizo en su momento Adán. Sólo así podrá disfrutar del Señorío sobre la tierra que Yavé les dio. Ahora bien, como sabemos la realidad siempre va conduciendo el estudio y la aplicación de la Torá. Por ejemplo, ¿en qué punto los productos agrícolas pueden contar como el diezmo que se ha de ofrecer a Dios? El principio básico es cuando el producto puede ser usado o comido por el dueño de la tierra. Entonces ya puede ser parte del diezmo y no puede ser consumido hasta que no se defina el total del diezmo. Y es que cuando un Israelita quiere disponer de su cosecha a sus anchas, entonces Dios demanda su parte. Pero como siempre, la realidad es más compleja que las leyes. ¿Qué pasa con el período de tiempo desde que el cultivo comienza a madurar y hasta la cosecha? ¿Pueden los que trabajan en el campo o en el transporte de la cosecha darle una «mordida»? ¿Es todo lo que se produce en el campo sujeto al diezmo? Para más detalles: The Theology of the Halakhah p.35-38. En m.Dem de la misná encontramos el tratado que versa sobre este asunto. Por poner un ejemplo, I,3: El que compra algo para semilla o para el ganado, o harina para las pieles o aceite para las lámparas o aceite para engrasar las herramientas, está libre de la le de los productos de diezmo dudoso. Desde Kesib (al norte de Acre) en adelante se está exento de esta ley de los productos de diezmo dudoso. La masa de la ofrenda de un hombre inculto, el producto mezclado, lo que ha sido comprado con dinero del segundo diezmo y los restos de los sacrificios farináceos están libres de la ley de los productos del diezmo dudoso. El aceite perfumado está sujeto a la ley de los productos dudosos según la escuela de Samay, mientras que según la escuela de Hilel no lo está.