El ideario mesiánico de Macabeos y Jesús
Hay en los evangelios sinópticos, en su manera
de presentar el ideario de Jesús, y su proclamación del Reino de Dios, algo que
refleja el ideal mesiánico presente en el Primer y segundo libro de Macabeos,
la familia de los hombres destinados a
salvar a Israel (1Mac 5,62). De especial importancia son dos textos que
exaltan a sus líderes: 1Mac 3,3-9 en
relación a Judas, y 1Mac 14-4-15 en
relación a Simón. Judas Macabeo es definido como un león en sus hazañas, un cachorro que ruge por la presa (1Mac
3,4), claras reminiscencias mesiánicas de carácter real cuyos orígenes se
remontan a dos textos veterotestamentarios. El primero es Os 5,14 que describe
al redentor de Israel como león para
Efraín, y como leoncillo para la casa de Judá. Yo, yo mismo, desgarraré y me
iré, arrebataré y no habrá quien libre. El segundo es Gn 49,9 que se
refiere a la descripción del nombre de Judá:
Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has subido. Se agazapa, se
echa como león, o como leona. En este sentido Judas Macabeo emerge como un
héroe de proporciones bíblicas, de fuertes ecos mesiánicos (davídicos), quien
está llamado a restaurar y extender la
gloria de su pueblo (1Mac 3,3). Pero además de celebrar a Judás Macabeo, el
1Mac también exalta a Simón llegando a reconocer que buscó siempre el bienestar de su pueblo, que aprobó siempre su gobierno
y su magnificencia (1Mac 14,4), haciendo referencia al legendario rey
Salomón (1Re 5,4). Fijémonos que la descripción del reinado de Simón tiene
claras reminiscencias escatológicas
tomadas de Zac 8,4; Ez 34, 27; y Miq
4,4. El texto se lee de la siguiente manera: La gente cultivaba en paz sus campos,
la tierra daba sus cosechas y los árboles de la llanura sus frutos. Los
ancianos se sentaban en las plazas
hablando todos del bienestar reinante, y los mozos vistieron gloriosos
uniformes militares… su renombre llegó a los confines de la tierra. Hizo obra
de paz en el país, e Israel se llenó de inmenso gozo (1Mac 14, 8-11). Todas estas reminiscencias se celebraban en la
fiesta del Hanukkah o fiesta de la dedicación (2Mac 1,9; 2,16-18; Jn 10,22),
posibilando que esta imaginario se mantenga en el colectivo.
de presentar el ideario de Jesús, y su proclamación del Reino de Dios, algo que
refleja el ideal mesiánico presente en el Primer y segundo libro de Macabeos,
la familia de los hombres destinados a
salvar a Israel (1Mac 5,62). De especial importancia son dos textos que
exaltan a sus líderes: 1Mac 3,3-9 en
relación a Judas, y 1Mac 14-4-15 en
relación a Simón. Judas Macabeo es definido como un león en sus hazañas, un cachorro que ruge por la presa (1Mac
3,4), claras reminiscencias mesiánicas de carácter real cuyos orígenes se
remontan a dos textos veterotestamentarios. El primero es Os 5,14 que describe
al redentor de Israel como león para
Efraín, y como leoncillo para la casa de Judá. Yo, yo mismo, desgarraré y me
iré, arrebataré y no habrá quien libre. El segundo es Gn 49,9 que se
refiere a la descripción del nombre de Judá:
Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has subido. Se agazapa, se
echa como león, o como leona. En este sentido Judas Macabeo emerge como un
héroe de proporciones bíblicas, de fuertes ecos mesiánicos (davídicos), quien
está llamado a restaurar y extender la
gloria de su pueblo (1Mac 3,3). Pero además de celebrar a Judás Macabeo, el
1Mac también exalta a Simón llegando a reconocer que buscó siempre el bienestar de su pueblo, que aprobó siempre su gobierno
y su magnificencia (1Mac 14,4), haciendo referencia al legendario rey
Salomón (1Re 5,4). Fijémonos que la descripción del reinado de Simón tiene
claras reminiscencias escatológicas
tomadas de Zac 8,4; Ez 34, 27; y Miq
4,4. El texto se lee de la siguiente manera: La gente cultivaba en paz sus campos,
la tierra daba sus cosechas y los árboles de la llanura sus frutos. Los
ancianos se sentaban en las plazas
hablando todos del bienestar reinante, y los mozos vistieron gloriosos
uniformes militares… su renombre llegó a los confines de la tierra. Hizo obra
de paz en el país, e Israel se llenó de inmenso gozo (1Mac 14, 8-11). Todas estas reminiscencias se celebraban en la
fiesta del Hanukkah o fiesta de la dedicación (2Mac 1,9; 2,16-18; Jn 10,22),
posibilando que esta imaginario se mantenga en el colectivo.