Veamos una relación difícil que nace de la realidad práctica del rabinismo. ¿Qué es más importante el estudiar la Tora o las buenas obras? De esta realidad se trata de fundamentar cada posición a través de algún texto bíblico. El primero es Dt 11, 13-14: Y sucederá que si obedecéis mis mandamientos que os ordeno hoy, de amar al SEÑOR vuestro Dios y de servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,Él dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite. Aparece a continuación la discusión dialéctica: ¿Por qué se dice esto? Porque se dice en todos lados en las escrituras, «Este libro de la ley no se apartará de tu boca…[sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito] (Jos 1,8), uno puede pensar que la Escritura hay que tomarla de manera textual. Entonces las Escrituras dicen «para que recojas tu grano» (Dt 11,14)- la Torá habló de acuerdo a la manera del mundo. Estas son las palabras de R. Ismael. Y entonces encontramos la réplica de R. Simeon b. Yohai quien dice: El problema no tiene fin; si uno cosecha al tiempo de la cosecha, ara al tiempo de arar, trilla al momento del aire seco, y avienta cuando hay una briza, ¿cuándo el hombre va a poder estudiar la Torá? Sólo cuando Israel hace la voluntad de Dios, su trabajo es realizado por otros (los gentiles), como la escritura lo dice: » Se presentarán extraños y apacentarán vuestros rebaños, [e hijos de extranjeros serán vuestros labradores y vuestros viñadores] (Is 61,5). Desde otra perspectiva cuando Israel no hace la voluntad de Dios entonces tiene que hacer su propio trabajo; no sólo eso, sino que tienen que hacer el trabajo de otros como dicen las Escrituras: «por tanto servirás a tus enemigos, [los cuales el SEÑOR enviará contra ti, en hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosas; Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya destruido]»(Dt 28,48). (Sifre Dt, Pisque 42 (90); bBerakhot 35b).
El modo de pensar es entonces el siguiente: se presenta una situación práctica que hay que resolver, la relación entre el estudio y el trabajo. La torá no tiene una solución concreta, y es que no puede responder a cada situación que la realidad plantea. ¿Qué se hace? Se escudriña y se hace dialogar dialécticamente las escrituras. Se parte con Dt 11, 13-14 que R. Ismael interpreta de manera ingenua: Dios va a bendecir a su pueblo quien al momento que trabaja se dedica a estudiar la Torá. Por supuesto que este argumento también tiene bases escrituristas: Jos 1,8. Simón B Yohai´s es más audaz en su interpretación: la verdadera recompensa de Dios se dará cuando los gentiles trabajen para Israel y ésta pueda dedicarse al estudio de la Tora. Y es que para este rabino el trabajo manual es en sí mismo parte del castigo divino resultado de la desobediencia de Adán. ¿Cómo puede recompensar Dios al hombre al mismo tiempo que lo castiga (dándole trabajo)? Y es que de acuerdoa Sifre Dt Pisqa 41 (87) se dice: Y para servirle-esto significa estudiar. Tú dices que es estudiar; y tal vez lo es, pero se refiere a una labor (servicio) físico? Mirad, las Escrituras dicen: «Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara (לְעָבְדָ֖הּ)y lo cuidara ( וּלְשָׁמְרָֽהּ) (Gn 2,15). ¿Pero qué tipo de cultivo (servicio) había en el pasado, antes que la humanidad fuera castigada con la maldición de «Con el sudor de tu rostro comerás el pan»(Gen 3,19) y fueron expulsados del Jardín, y que tipo de cuidado había allí en el pasado? Mirad, aprender que לְעָבְדָ֖הּ y לְשָׁמְרָֽהּ significan el cumplir los mandamientos [y por lo tanto en Dt 11, 13 לְעָבְדָ֖הּ también significa «estudiar».