Experiencias religiosas y conflictos en el cuarto evangelio (I)
Exégetas tales como J.H. Bernard , H. Odeberg , R. Brown , F. Moloney , W. Meeks , J. Dunn , P. Borgen , J. Kanagaraj , entre otros, han llamado la atención sobre la polémica en torno a los viajes celestiales como experiencia religiosa en el cuarto evangelio. Cada uno aportando al estudio exegético desde distintas disciplinas ha concluído que la razón que tiene el cuarto evangelio para insistir en la unicidad del descenso y ascenso de Jesús es precisamente cerrarle el paso a todos aquellos que emulaban y practicaban los viajes celestiales de conocidos héroes veterotestamentarios como Enoc, Abraham, Leví, Moisés, Isaías. En otras palabras, el cuarto evangelio estaría en abierta polémica con la temprana mística judía representada por los visionarios de la mercabá. Sólo Jesús, y nadie más que él, ha contemplado las realidades y los misterios celestiales (1, 18).
Además de estar de acuerdo con estos autores, me gustaría agregar el análisis de otros dos textos que refuerzan el punto anteriormente expuesto. Siguiendo el estudio realizado por A. DeConick estoy de acuerdo en que el discurso de despedida de Jesús en Jn 13,31-14,30 tiene varios elementos que hacen suponer un contexto de polémica con los viajes celestiales promovidos por Tomás, Judas y Felipe, a los que se les achaca no haber entendido el verdadero significado de la Revelación de Jesús. Por otra parte, también resulta iluminador el juicio de Jesús ante Pilato en Jn 18,28-19,16ª, que manifiesta un tenor sarcástico e irónico respecto a las visiones de la Mercabá. Este texto sobre el juicio a Jesús se sitúa en el climax de la obra donde se le revela en plenitud todo lo que hasta ahora sólo se podía entrever: la verdadera identidad y misión de Jesús como Mesías, Hijo del Hombre, Rey, Juez, Sacerdote, etc. La realeza y el sacerdocio de Jesús reflejan la gloria de Dios, pero, e irónicamente, en el despojo de la cruz y no en las cortes celestiales.