La muerte del justo y profeta (II)
Estas tradiciones acerca del carácter vicario del martirio de los macabeos no son los únicos antecedentes que iluminaron la interpretación cristiana de la muerte de Jesús. También en la literatura del Qumran encontramos notable ejemplos de cómo los sacrificios de los miembros de la comunidad tienen una naturaleza expiatoria. En 1QS V,6 leemos: Que expíen por todos los que se ofrecen voluntarios para la santidad en Aarón y por la casa de la verdad en Israel, y por los que se les unen para la comunidad, para el proceso y para el juicio. En III 6 leemos: Porque por el espíritu del consejo verdadero sobre los caminos del hombre son expiadas todas sus iniquidades para que pueda contemplar la luz de la vida. En VIII 6: testigos verdaderos para el juicio y escogidos de la voluntad de Dios para expiar por la tierra y para devolver a los impíos su retribución. En IX 4-5: para expiar por la culpa de la trasgresión y por la infidelidad del pecado, y por el beneplácito para la tierra sin la carne de los holocaustos y sin las grasas del sacrificio- la ofrenda de los labios según el precepto será como el olor agradable de justicia, y la perfección de la conducta será como la ofrenda voluntaria aceptable. En la literatura Para-Bíblica presente en el Qumran encontramos el siguiente fragmento del Testamento de Leví para referirse a su naturaleza sacerdotal: Y expiará por todos los hijos de su generación y será enviado a todos los hijos de su pueblo (4Q451 Frag 9 Col I 2-3). Existen otros ejemplos en la literatura del Qumran donde se menciona el carácter expiatorio de los sacrificios, como 1QM II, 5; 4Q159 1 II, 2; 1Q34bis 3 I, 5; 4Q508 I, 1; 4Q513 2 II, 4; 11Q10 (TgJob) XXXVIII, 2 (=Job 42:9-12).
También en el Pseudo Filón leemos cómo el sacrificio del justo es interpretado de manera vicaria y cómo éste es exaltado : Y Abraham tomó a Isaac para ponerlo en el altar, pero Yo (Dios) se lo devolví a su padre, y por cuanto él no me negó a su hijo, su sacrificio fue aceptable para mí, y en consideración a su sangre yo le elegí (Bib. Ant. 18,5). Por último, dos veces en el Sipre Deutoronomio aparece la pregunta sobre la naturaleza vicaria de la muerte de los israelitas por las naciones y el descenso de los malvados al Gehenna en relación a Israel (Psiqa 333.5).
Podemos decir entonces que la idea del sacrificio o muerte del justo en beneficio del pueblo estaba ya presente en el tiempo de Jesús. Esto se refuerza con lo que sabemos del sistema sacrificial del Templo, especialmente de la celebración del Yonkipur ” (Lev 16; Num 29:7-11; cf. Sir. 50:14-21; 1Q34 I-II, 6; perhaps 4Q504 1-2 VI, 5; 4Q508 2; 11Q19 [Temple] XXV, 10-16; m. Yoma). Todo esto apunta a que los primeros cristianos entendieron la muerte de Jesús como la del justo (o profeta) que muere en benefeficio del pueblo de Israel y que es exaltado por Dios a modo de justicia. Por supuesto, esta suposición hay que contrastarla con lo que nos dicen los evangelios.