De como los patriarcas son exaltados-transformados en los cielos
Las tradiciones sobre los patriarcas de Israel que suben a los cielos donde son exaltados o transformados en seres celestiales son numerosos en la literatura intertestamentaria. Este es el mejor contexto para entender la resurrección de Jesús desde una perspectiva mística. En el Exagogue de Ezekiel el Dramaturgo contemplamos el caso de Moisés quien es sentado en el Trono de Dios y a quien se le da la facultad de juzgar. En el Testamento de Isaac se le promete a Abraham, a Isaac y a Jacob que serán entronizados: Además he aquí que se te ha preparado el trono ante tu padre Abrahán, y tú y tu amado hijo Jacob tendréis vuestra parte de herencia superior a todos los demás en toda la creación que Dios ha creado (2,7). En el Testamento de Benjamín se promete lo mismo además a Enoc, Noé, y a Shem: Guardad los mandamientos del Señor hasta que él revele su salvación a todas las naciones. Entonces veréis a Henoc, Noé, Sem, Abrahán, Isaac, y Jacob resucitados, a la derecha, llenos de jubilo (10,5-6). En el Apoc.Moisés es Adán el que entronizado cuando suceda la resurrección de los muertos: (39,3; 41,3). La resurrección de Adán implica su salvación definitiva, y el que se le permita comer del árbol de la vida (28,4). Todos estos personajes alcanzan un estatus privilegiado en los cielos y un rol jurídico especial. Además de estos casos, tenemos algunas figuras sacerdotales prominentes. La primera de todas, Melkizedek. En 11QMelk el sumo sacerdote proclama la liberación y hace la expiación a los hijos de la luz; para Belial y los de su lote ejecuta la venganza de los juicios de Dios. En este texto Melkizedek es nombrado Elohim de la misma manera como son nombrados los ángeles en las Canciones del Sacrificio Sabático: como está escrito sobre él (Melkizedek) en los cánticos de David que dice: «Elohim se yergue en la asam[blea de Dios], en medio de los dioses juzga» (11QMelk10). De manera analogable Metatron es llamado el Yavé Menor en 3Enoc 48D, 1 o el caso de Yaoel en el Ap. Abrah. que posee el inefable nombre de Dios: Ve Yaoel, y por medio de mi nombre inefable santifícame a este hombre y dale fuerzas contra su terror (Ap.Abr.10,3). Melkizedek es el sumo sacerdote celestial que plenifica el décimo jubileo cuando se expía por todos los hijos de Dios y por todos los hombres de la lote de Melkizedek: Y esto sucederá en la semana primera del jubileo que sigue a los nue[ve] jubileos. Y el día [de las expiacio]nes es el final del jubileo décimo en el que expiará por todos los hijos de [Dios] y por los hombres del lote de Melquisedec (11QMelk. Líneas 7-8). Otra figura semejante es la del fragmento de 4Q491 a la cual se le anticipa un glorioso futuro entre los dioses donde podrá adorar a Dios con los dioses del Santo de Santos. Esta figura bien puede ser un Sumo Sacerdote mesiánico que será exaltado cuando los eventos del futuro tomen lugar. También en la tradición enoquica la figura exaltada del patriarca es familiar a través de la entronización (1 Enoc 51,3; 61,8) del Elegido o el Hijo del Hombre. A la base de este fenómeno puede estar el recuerdo del rey davídico que ya en la tierra se sentaba en el Trono de Dios al modo de Salomón (1Cron 29,23), o como lo explica el Salm 110 donde el rey del tronco de David es adoptado como hijo de Dios para gobernar a la derecha del Trono celestial de Dios. Cabe hacer mención que Filón también compartía la creencia de seres angelicales de preminente estatus en la jerarquía celestial. Es el caso de los querubines que están sobre el arca de la Alianza en el Santo de los Santos. El primero es llamado Dios y representa la facultad creativa de Dios; el segundo es llamado Señor y representa el gobierno justo de Dios (Vit.Mos. II, 99-100). También cabe llamar la atención sobre el Apocalipsis de Pablo donde el apóstol tiene la visión sobre el tercer cielo donde varios patriarcas, entre ellos Enoc, son exaltados (20). Luego, en la ciudad de Cristo contempla a varios de los profetas (25) y a David (29).
¿Eran alabados estos seres? Algunos textos apuntan en este sentido como José y Asenet 15,12; Test. Levi 5,5-6; 11QBer. Por otro lado hay textos que son explícitos en la prohibición a la alabanza de los ángeles como es el caso de 3Enoc 16,3-4 o la Asc. Is 7,21. Para más detalles: Eskola, Timo, Messiah and the Throne, Jewish Merkabah Mysticism and Early Christian Exaltation Discourse, Mohr Siebeck, p. 124-156.