La correlación y la transferencia de propiedades entre la Torá y la Sabiduría (Sirac, 1Enoc, Qumrán)
En el 1Enoc las leyes que regulan el cosmos no son manifestación de un logos inherente a la naturaleza, más bien son mandamientos dados por Dios para regular el cosmos. En el 1Enoc, lo mismo que en Jubileos, las ordenanzas divinas estan escritas en las tablas celestiales. Más específicamente hablando, los variados elementos naturales son movidos por ángeles que siguen ordenes de Dios (60,11-22; 66,1-2; 69, 21-25). Las leyes impuestas al cosmos son muy firmes, y si las fuerzas de la naturalez o los cuerpos celestiales eligen el desobedecer, entonces son castigados (21, 1-6; 80, 16). En el 1Enoc la sabiduría sirve de puente que habilita a las regularidades cósmicas a influir sobre las normas que guían la conducta humana. En 1Enoc 82, 1-3 la sabiduría se refiere al conocimiento de los cuerpos celestiales y a la formación del conocimiento relacionado con los calendarios. El concepto de la ley es, aunque no de manera exclusiva, entendido como el orden universal y comprensivo de la creación. En 1Enoc 80,7-8 explícita que la trasgreción de los mandamientos de Dios por los cuerpos celestiales y las fuerzas de la naturaleza es un correlato al error, la trasgreción, y el mal en la tierra. Esto implica una correspondencia profunda entre los mandamientos de Dios para el universo y los mandamientos éticos de Dios para la humanidad (1Enoc 2, 1-2; 5, 2-4). Para más detalles: What´s Divine about Divine Law, p. 98-101.
Por último veamos el caso de la literatura del Qumrán donde el ordén cósmico guarda un correlato con la Ley revelada a través de Moisés. La Torá en el Qumrán se refiere a la ley mosaica, al Pentateuco, y a las escrituras hebreas como un todo. Las mitzvah se refieren a los mandamientos de la Torá, los términos hoq y mishpat pueden referirse no sólo a la Torá sino que también al orden cósmico, a la ley del tiempo, y al orden de todas las cosas creadas. Veamos el siguiente texto (1QS 3, 15-17): Porque el Dios del conocimiento teje todo lo que es y llegará a ser. Antes de que ellas existan El ha establecido por completo su diseño. Y cuando ellas han llegado a ser, al tiempo predestinado, ellas van a ejecutar su trabajo de acuerdo a su glorioso diseño, sin alterar nada. En Sus manos están las leyes de todas las cosas y Él las mantiene en todos sus asuntos. El mundo es gobernado por un establecido y ordenado plan divino presente incluso antes de la creación. En este marco, el concepto de ley implica tanto el orden cósmico y la ley de Israel. El orden divino y las estipulaciones inherentes a la creación y dadas a Israel son entendidas como una unidad. De este modo, era natural para la comunidad organizar su vida en una conformidad básica y escrupulosa harmonía entre la Torá y la creación. El organizar la vida de la comunidad en conformidad con las leyes de la Torá y de la creación implicaban no solamente que los terminos legales eran usados en referencia al orden natural, sino que también los detalles de los mandamientos escritos de la Torá eran elaborados y desarrollados a la luz de lo que la secta percibía como las realidades objetivas del orden natural. Los hombres del Qumrán creían que existía una realidad objetiva y verdadera, la cual se podía conocer desde la observación empírica (CD 12, 14-15), pasando por el calculo fiable que deriva de la revelación divina (jubileos, calendarios, etc) (CD 4,21), o a través de alguna revelación especial de las realidades cósmicas, sus regularidades, y sus ritmos matemáticos (1QS1, 14-15). Dios ha revelado la Torá en conformidad con esta realidad objetivable. Estos principios son semejantes a lo que encontramos en Jub donde el calendario fue establecido en el momento de la creación, cuando el Sábado fue señalado como signo de todos los trabajos de Dios (Jub 2,1). Desde el comienzo de los tiempos los ángeles más eximios han seguido los sábados (Jub 2, 17-18) y el festival de las semanas (Jub 6, 17-18). Así como los ángeles han observado el Sabado y los festivales en el cielo, Israel está obligada a hacerlo en la tierra (Jub 2, 18-21; 6,30-32) como un mandamiento eterno, ordenados y escritos en las tablas celestiales (Jub 6, 29-30; 15, 25-27). El objetivo, una unión perfecta entre el cielo y la tierra. Esto se refleja de manera especial en el calendario que es la expresión objetiva del orden de la creación como está escrito en las tablas celestiales. Para más detalles: What´s Divine about Divine Law, p.101-105