Las pruebas del místico, los nombres de Dios, y otros himnos en las Hejalot Zutarti (&407-427)
El &411 contiene una descripción del rostro de Jacob que brilla delante de Dios en los cielos y que es comparado con el amor del pueblo amado por Dios que se aproxima a su trono. “Entonces el rostro de Jacob nuestro padre brilla con luz en la presencia del Señor Dios de Israel, nuestro Padre que está en los cielos, y entonces su amor será recibido con amor en la presencia del Señor Dios de Israel, nuestro Padre que está en los cielos, sobre las nubes y la nubes de tormentas que rocían sangre” (&411b).
Los &413-417 contiene una sección sofisticada sobre los nombres de los ángeles guardianes de las entradas de los siete palacios y de los sellos que el místico tiene que mostrarles. A diferencia de las Hejalot Rabbati, donde los sellos contienen los nombres de Dios y los nombres del Príncipe de la Presencia, aquí los sellos sólo contienen los nombres de Dios. Luego de estos nombres encontramos al místico de nuevo en el séptimo palacio donde dice su petición:
“Que sea vuestra voluntad,
Señor, Dios de Israel,
Nuestro Dios y Dios de nuestros padres….
Que pueda yo encontrar gracia y misericordia
Delante del trono de vuestra gloria
Y en los ojos de todos vuestros siervos,
Y amarre a todos vuestros siervos para mí,
Para que puedo hacer esto y lo otro” (& 418-419).
Los & 422-424 señalan que no sólo R. Aquiva, quien explica los secretos del ascenso y descenso a la mercabá (&422), recibe una bendición de Dios en la tierra y en los cielos. Todo el que asciende y desciende la recibe: “Para mi amigo, quien sufre y soporta la práctica del ascenso y del descenso a la mercabá delante de mí, Yo le he señalado una bendición para ser dicha tres veces cada día en la corte de arriba y en la corte de abajo. Y Yo amaré y salvaré la casa en donde ellos estudien esto” (&423c). R. Aquiva, entonces, termina explicando el uso del nombre divino y de algunos rituales preparatorios específicos:
“Cualquiera que quiera aprender este mishna
Y explicar el nombre,
Debe ayunar por 40 días.
Él debe poner su cabeza entre sus rodillas,
Hasta que el ayuno lo tome por completo,.
El debe susurrar por la tierra pero no por el cielo,
De modo que la tierra le escuche, y no el cielo.
Si él es joven,
Debe decirlo antes de la eyaculación.
Si es un hombre casado,
Debe prepararse por tres días
Como es dicho: Estad listos para el tercer día [no os acerquéis a una mujer] (Ex 19,15)” (&424). Para más detalles: Schäfer, Origins, p.298-303.